Después de que lloviera ceniza del volcán Taal en Filipinas, el productor Jack Imperial se despertó con una devastadora imagen: su exuberante finca de piña verde se había llenado de un sucio gris oscuro.
Imperial dijo que sus posibilidades de recuperar productos de su finca de 1 hectárea eran pequeñas y, en cualquier caso, no había nadie a quien venderlas, pues los turistas evitaban la zona de Tagaytay, en la isla más grande del archipiélago, Luzón, a 32 km del volcán Taal.
"Tenemos que aceptar que sufriremos pérdidas", comentó Imperial, de 49 años, quien nunca había visto algo así en 17 años trabajando en la agricultura. "Aunque seamos capaces de cosechar algunas piñas, si los clientes tienen miedo de venir debido a la erupción, las piñas terminarán pudriéndose".
El volcán ha impactado la economía nacional de 330.000 millones de dólares, con vuelos cancelados y un día de trabajo perdido debido a una fuerte caída de cenizas en la capital, Manila, a 70 km de distancia, el domingo.
Fuente: gulf-times.com