La oferta de banana de Centroamérica sigue siendo constante.
"No hay mucha diferencia entre la oferta del año pasado y la de este año", dice Jamie Postell, director de Ventas de Chiquita Brands, Norteamérica, en Fort Lauderdale, Florida. “Los desafíos que enfrenta el sector están relacionados principalmente con el clima. Durante los meses de invierno, los frentes fríos en los trópicos pueden ralentizar la producción y afectar a la productividad”.
Chiquita produce y obtiene bananas principalmente de Panamá, Costa Rica, Honduras, Guatemala y Ecuador. “Las bananas se desarrollan mejor a pleno sol. Centroamérica y la parte norte de Sudamérica no tienen realmente cuatro estaciones, sino dos diferentes, una húmeda y otra seca, con temperaturas que fluctúan con la lluvia", explica Postell. "En Centroamérica, la estación lluviosa va de junio a octubre y normalmente es cuando las temperaturas son considerablemente altas. La estación seca se extiende desde mediados de noviembre hasta mayo".
Adherencia ambiental
Teniendo en cuenta que el transporte es una parte importante del negocio de Chiquita, desde el 1 de enero de 2020, Chiquita comenzó a cumplir con la nueva regulación de la Organización Marítima Internacional de la ONU, que prohíbe a los barcos usar combustibles con un contenido de azufre superior al 0,5 por ciento (en comparación con el estándar actual del 3,5 por ciento). "Aunque la nueva regulación desembocará en un mayor coste para el sector, estamos felices de cumplirla", explica Postell. “Eso también supondrá un ligero aumento de precios a los compradores de bananas. Pero estamos seguros de que los clientes verán los beneficios a largo plazo de reducir la huella de carbono del sector, con el objetivo de aumentar la eficiencia energética para un futuro más sostenible".
También ejercen presión sobre los precios los costes relacionados con el manejo de la RT4 o mal de Panamá, que infecta los cultivos de banana.
Sin embargo, la iniciativa del combustible también encaja en el panorama más amplio del sector bananero y el papel de Chiquita en la sostenibilidad. "Creemos que el camino hacia una variedad de banana comercialmente sostenible es la mejora de las técnicas de reproducción", comenta Postell. "Nos estamos asociando con científicos y otras empresas para elaborar una solución sostenible y encontrar la diversidad de la banana en el sector en general. Por supuesto, eso implica programas a más largo plazo para las bananas".
Cambios en el consumo
Paralelamente, aunque la demanda de banana es mundial, Postell señala que China ha aumentado su demanda de Latinoamérica, lo que está ejerciendo presión sobre la oferta de Ecuador. "El consumo en los EE. UU. y Europa ha sido relativamente plano, pero estamos viendo que el consumo de variedades y productos ecológicos continúa creciendo", agrega Postell. “Las bananas siguen siendo la fruta número uno en los hogares estadounidenses con la mayor frecuencia de compra. Anticipamos que seguirá siéndolo en los próximos años, principalmente debido a las tendencias y su alto consumo".
Para trabajar en el consumo potencial, Chiquita ha lanzado una serie de iniciativas de marketing dirigidas a los consumidores, pero especialmente a los millennials. En diciembre, la empresa se asoció con el ilustrador y diseñador de moda español Ricardo Cavolo, y durante todo el mes, las etiquetas azules de Chiquita presentaron cinco diseños de Cavolo en más de 200 millones de bananas. Los diseños se crearon utilizando Google Tilt Brush, una aplicación de realidad virtual que genera las pegatinas en 3D. La serie de pegatinas continuará a lo largo de este año e incluirá diferentes temas, como la sensibilización sobre el cáncer de mama, la salud, los artistas y más.
Chiquita también lanzó en diciembre su nuevo sitio web business-to-business, www.Chiquitabrands.com, con información como el catálogo de productos y servicios, detalles de estándares de calidad, etc. para clientes y equipos de ventas.
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Bridget Mackey
Chiquita
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