Una empresa australiana está acabando con las conjeturas de la gestión de plagas a través de información en tiempo real sobre la detección de insectos en las fincas.
RapidAIM es el sistema digital de vigilancia y gestión de plagas para la agricultura que utiliza nuevos sensores patentados de baja potencia que detectan la presencia de insectos en un entorno de producción.
"Se basan en el sensor capacitivo, y cuando los insectos entran en la trampa, son detectados y reconocidos", dice la directora ejecutiva y fundadora, Nancy Schellhorn. "Entonces, ejecutamos algoritmos en combinación con nuestros sensores, y la información se envía a la nube, en tiempo real, y el cliente puede ver en su aplicación móvil lo que sucede en sus fincas y en toda la plantación. Los productores pueden tener la confianza de no tener plagas y saber con certeza cuándo aparecen las plagas y dónde. Pero aún mejor, pueden tomar medidas de gestión y ver si están funcionando. Queremos poder ahorrar costes a los productores, reducir la pérdida de cultivos y ofrecer la seguridad de que la gestión de plagas está funcionando".
Foto: Nancy Schellhorn en el evokeAG 2020
Una ventaja clave, según la doctora Schellhorn, es que los sensores son de baja potencia, lo que significa que el sistema es competitivo en cuanto a precio con pulverizaciones de protección y monitoreo manual, pero proporciona una alta resolución de las poblaciones de plagas y una "alta confianza" en la efectividad del control. Otra ventaja del sistema es la detección temprana.
"Implementar una red y colocar muchos de esos dispositivos brinda a los productores confianza, pues existe una alta probabilidad de que las plagas no estén en la finca; por ejemplo, un horticultor puede querer uno cada dos hectáreas", comenta. "Pero si se detecta, entonces sabes lo que está pasando. Por eso obtener una alta resolución de lo que está sucediendo es importante para la gestión".
El sistema RapidAIM empezó a venderse comercialmente hace poco, en septiembre de 2019, y acaba de mejorar sus sistemas de comunicación al cambiar al Internet de las Cosas (IoT) de banda estrecha, desde comunicaciones que anteriormente requerían puertas de enlace. Ya hay planes para actualizar a la radio global, para conseguir una cobertura internacional.
Schellhorn dice que la empresa tiene dos tipos principales de vigilancia.
"Primero, desplegamos redes de vigilancia a gran escala en todas las zonas", explica. "Luego, nos enfocamos en aquellas plagas mundiales que no reconocen las fronteras de las fincas o regiones, mejorando las fincas de los productores. Acabamos de comenzar, y estamos proporcionando vigilancia para la mosca de la fruta en un par de zonas cada 200 kilómetros cuadrados. Ahora tenemos varios productores que se suscriben a Orchard Protect en las propiedades donde están usando RapidAIM en sus lindes. En cultivos caducifolios es donde primero vemos las detecciones".
Foto: Adam Upton, de Upton Agronomy, instalando dispositivos RapidAIM IoT.
Schellhorn añade que lo más importante es que el sistema reduce la necesidad de pulverizaciones de protección. Esas pulverizaciones se aplican porque la gestión de plagas es incierta y los productores no pueden correr el riesgo de sufrir daños. Hasta ahora, RapidAIM ha descubierto que no solo hay beneficios de productividad para los Gobiernos, al reducir los costes en un 30 por ciento, sino también para los productores.
"Ahora estamos trabajando con los productores para comprender los beneficios", expresa Schellhorn. "Lo que nos están diciendo es que no tienen que pulverizar semanalmente, ni preocuparse por si la plaga sigue presente; saben si está o no y luego toman medidas, o confían en saber que no tienen que pulverizar. Otro beneficio es que realmente les gusta saber si su gestión está funcionando. También brinda una gran transparencia a cualquiera de los mayoristas y socios comerciales, que así saben que tienen sus problemas de plagas bien gestionados".
Aunque reducir las pulverizaciones no solo es bueno para la eficiencia y para reducir el riesgo de resistencia a los insecticidas, pues RapidAIM dice que también abre la puerta a los productos biológicos y microbianos que están llegando al mercado.
"Tradicionalmente, los productores han considerado que el uso de biocidas es complicado y no muy estable, por lo que no hay mucha confianza en que funcionen", concluye Schellhorn. "Lo que hace el sistema es que permite comenzar a usar esos productos y descubrir dónde funcionan en la finca, si está funcionando y dónde puede hacer falta volver a incidir. Realmente se trata de una gestión sostenible de las mejores prácticas de plagas, y RapidAIM hace que sea posible".
Para más información:
Dra. Nancy Schellhorn
RapidAIM
nancy@rapidaim.io
www.rapidaim.io