Todavía hay mucha incertidumbre sobre cuál será el impacto exacto del coronavirus en el comercio. Sin embargo, este no es el primer caso de un patógeno que tiene un impacto importante en el mercado. Hace nueve años, la epidemia de EHEC, el brote del síndrome hemolítico urémico que se extendió en Alemania en 2011, causó la muerte de 53 personas.
"En ese momento, había muchos problemas para abordar la situación", señala un operador del sector hortofrutícola. "La culpa cayó sobre los vegetales de invernadero como lechugas, pepinos y tomates, pero luego resultó que los culpables eran los germinados". Las consecuencias para el sector europeo de frutas y hortalizas fueron graves y, en última instancia, la UE tuvo que compensar a los productores. "En Alemania, la gente enfermó y los productores de hortalizas de invernadero sufrieron falsas acusaciones. Por ejemplo, las consecuencias para las empresas de producción de España, uno de los principales proveedores de estos productos en el mercado alemán, fueron graves. La pregunta sigue siendo si realmente hemos aprendido de epidemias anteriores".
El brote de EHEC fue un problema regional. Ahora nos enfrentamos a una crisis global: "La escala es mucho mayor actualmente. En 2011, Alemania y el Mediterráneo se vieron afectados y solo el sector hortofrutícola sufrió las consecuencias. Sin embargo, el coronavirus paraliza todas las áreas de la vida cotidiana".
El operador se muestra preocupado por las próximas semanas y meses. "La gente seguirá comprando alimentos, pero, incluso si los productos no están contaminados o protegidos por un embalaje, las personas pueden infectarse por los trabajadores u otros consumidores en las tiendas". Por lo tanto, la próxima temporada de cultivo de hortalizas en Alemania podría sufrir grandes problemas.
Faltan planes de contingencia y preparativos para este tipo de casos. "Estamos atrapados entre la impotencia y la protección excesiva del consumidor, lo que en el pasado a menudo ha causado más problemas que beneficios. Sea como sea, el comercio hortofrutícola en Alemania sufrirá".
"En el caso del EHEC, la carga burocrática para los productores, las cooperativas y los comerciantes fue enorme, pero los precios se mantuvieron igual e incluso tendieron a caer en vez de aumentar. Las hortalizas fueron culpadas erróneamente de la propagación de una enfermedad, pero el sector pagó los platos rotos. Tememos que el sector vuelva a salir perjudicado...".