Los griegos están tomando medidas para detener la propagación del COVID-19 al igual que el resto de países europeos. Si bien es posible que la logística sea difícil, se espera que el sector hortofrutícola continúe en funcionamiento, al igual que el sector alimentario en general.
Grecia también ha tenido que vérselas con el coronavirus en las últimas semanas, pero, por ahora, la gente ha respondido de manera calmada, según Christina Manossis, de Zeus Kiwi S.A. "El COVID-19 también está presente en Grecia. Hasta hoy, miércoles 18 de marzo, se han infectado casi 350 personas y 5 de ellas han perdido sus vidas, principalmente en la región de Attiki y el Peloponeso. Se observa un cambio en la mentalidad, porque la gente actúa con más cautela y con más concienciación y se queda en casa. Pero no hay pánico".
El Gobierno ha prometido respaldo al sector en forma de suspensión de obligaciones económicas y de ayudas a los trabajadores que tienen que quedarse en casa. "El Gobierno griego ha manejado la situación de manera muy eficaz. Se han puesto en marcha normas y prohibiciones muy pronto; con suerte veremos los buenos resultados de esta decisión en el próximo par de semanas. Todas las obligaciones fiscales o de otra índole se han suspendido, lo que significa que las empresas no serán penalizadas si no pueden pagar préstamos, impuestos o cualquier otra obligación mientras dure la crisis", explica Manossis. "El Gobierno también está subvencionando parcialmente a los trabajadores que tienen que quedarse en casa para cuidar de sus hijos. También ha anunciado ayudas adicionales para las empresas que se han visto afectadas por la crisis del virus".
En lo que a la empresa Zeus respecta, ha tenido que tomar algunas medidas para proteger la seguridad de sus trabajadores. "Hemos adoptado serios procedimientos en lo que tiene que ver con la seguridad de nuestros trabajadores. Aparte de una desinfección tres veces al día durante las horas de trabajo, también externalizamos los servicios de desinfección cada dos días para garantizar la seguridad de todas las zonas. Antes de que comience cualquier turno, hemos nombrado una persona que controla los trabajadores uno por uno tomándoles la temperatura, asegurándose de que se limpien bien las manos y usen medios de protección como mascarillas y guantes. Los envasadores están a una distancia de metro y medio entre sí y la pausa para la comida se ha dividido en grupos más pequeños. Estamos haciendo todo lo que está en nuestra mano para aumentar la seguridad por la salud de nuestros trabajadores y seguiremos trabajando en ello con la adopción de nuevas normas que salvaguarden la salud pública".
Manossis no cree que la situación vaya a cambiar pronto, lo que significa que los importadores y exportadores no tienen más opción que lidiar con los efectos del virus. "Seguirá siendo un problema próximamente, el virus ha llegado para quedarse en nuestras vidas durante un tiempo. Afectará a nuestras rutinas diarias y, por tanto, también a nuestros negocios. Es una crisis que hay que afrontar. Aún es muy pronto para anunciar un plan de contingencia. No obstante, estamos impulsando las ventas lo máximo posible. Yo opino que las frutas y hortalizas seguirán adelante al igual que el sector alimentario en general. La logística que los rodea se está complicando mientras se cierran fronteras en Europa. Esto, sin duda, afectará a los tiempos de envío al cliente", concluye.
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Christina Manossis
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