España lleva ya más de 3 semanas de confinamiento desde que se decretó el estado de alarma, el cual se ha ido recrudeciendo y ampliando a medida que se ha acentuado la subida de la curva de infecciones y muertes causadas por el COVID-19 .
“Hace poco más de un mes mirábamos de reojo lo que pasaba en Italia, que hasta ahora han ido alrededor de una semana por delante de nosotros. Entonces era difícil de imaginar que se trataba de un virus tan contagioso y que llegaríamos a esta situación. El silencio en las calles es casi total, recuerda al primer día del año a las 9:00h de la mañana, pero así todos los días”, cuenta Gerard Mosterd, gerente de la empresa de transporte Betrex España, con sede en Gandía, Valencia.
“Hasta hace dos semanas, los envíos a exportación se mantuvieron bastante constantes aunque los retornos y las importaciones estaban ya bajando, lo cual empezó a encarecer los costes de los viajes para exportación. Pero, desde que se endurecieron las políticas de confinamiento la semana pasada y se paralizó el funcionamiento de la mayoría de industrias a excepción de los sectores primarios como alimentación y farmacéutico, las importaciones han caído un 50% en solo una semana”, indica Gerard Mostert.
Las precipitaciones constantes en las Comunidad Valenciana y Murcia han impedido que se lleven a cabo las tareas de recolección de cítricos y hortalizas como la coliflor, el brócoli y la lechuga, productos que suponen para esta empresa de transporte, el grueso de su negocio en el período que va desde otoño a finales de primavera. No obstante, si bien las lluvias desaceleran la exportación de estos productos, éstos son de los más demandados desde que se decretó la alarma por el coronavirus. De acuerdo con Gerard Mostert, los viajes a exportación se han reducido alrededor de un 30% en esta última semana y los precios siguen subiendo mientras baja la importación.
“En esta situación apenas hay planificación. Nos llaman por la mañana para pedir camiones para la tarde. Por otra parte, cuesta cada vez más encontrar conductores, porque apenas pueden parar en ningún sitio a asearse y comer, ya que los restaurantes y hoteles están cerrados y hay más riesgos en general. Por tanto, nos piden un salario más alto, algo comprensible. Todos los día alrededor de las 20:00h salen los ciudadanos españoles a los balcones a aplaudir a los sanitarios por su vital labor en esta crisis . Creo que a las 19:00h deberían salir a aplaudir a los transportistas y a todos los que estamos envueltos en la cadena de suministro de alimentos y productos sanitarios”, señala el gerente de esta empresa hispano-neerlandesa.
“Estamos cargando la mitad de lo que hacíamos el año pasado en estas fechas y nos mantenemos gracias a los productos alimenticios y sanitarios. No obstante, al estar considerados un sector esencial, se nos impide el derecho llevar a cabo un ERTE, aunque los costes fijos sean más altos que los beneficios en estos momentos. Nadie sabe realmente cuánto tiempo va a durar esto. Todos los gobiernos buscan un equilibro entre defender la salud de la sociedad intentando salvaguardarla de los daños económicos que irremediablemente causa esta crisis. Es una época interesante para que aprendamos todos de esto”, concluye Gerard Mostert.
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