En el norte de Cáceres ya se están manipulando las primeras cerezas de la temporada bajo las nuevas normas de trabajo recomendadas por la Consejería de Economía, cuya implementación ha supuesto un coste extraordinario para las empresas frutícolas. "Hemos comprado equipos de protección individual –los llamados EPI– e instalado dispensadores de gel hidroalcohólico", ejemplifica Emilio Vaquero, presidente de la Cooperativa del Campo de Navaconcejo. En la misma línea, Mónica Tierno, directora general de la Agrupación de Cooperativas Valle del Jerte, explica: La situación nos ha hecho acometer gastos imprevistos con el objetivo de reducir el riesgo de contagio entre los trabajadores".
Además de la medición de la temperatura de los trabajadores antes de entrar a las instalaciones, en la Agrupación de Cooperativas también han instalado "un sistema para la desinfección de pies y cubicado las zonas comunes", detalla Tierno. "Habrá turnos de comedor, para los trabajadores que tienen que comer aquí, y se mantendrá la distancia en el calibrado", según Vaquero.
En estos dos centros ya están manipulando las primeras cerezas de la temporada. De momento, el volumen de fruta que están recibiendo es muy reducido, por lo que todavía no han alcanzado el pico más alto de trabajadores que van a necesitar. Pero cuando las líneas de selección de fruta estén a pleno rendimiento será difícil mantener la distancia de dos metros entre los trabajadores. Por eso, en la Agrupación, ya han previsto que se trabaje con doble mascarilla, una FFp2 y una pantalla. "Desinfectamos los puestos de trabajo entre turno y turno y hemos reforzado la limpieza", declara Tierno.
Además, hasta estos centros llegan dos tipos de vehículos: los de los productores con la fruta y los camiones que realizan el transporte hasta los puntos de venta. "Los agricultores tienen que esperar fuera y a una distancia prudencial, por lo que su descarga de la fruta se ralentiza", reconoce Vaquero, el presidente de la cooperativa de Navaconcejo.
Se prevé que todas estas medidas y limitaciones en el trabajo van a lastrar la rentabilidad de las centrales hortofrutícolas. El resultado final dependerá de cómo evolucionen las campañas. "En el caso de la fresa el precio se ha visto perjudicado por la situación actual", lamenta Tierno, que espera una campaña media en kilos.
Fuente: hoy.es