La temporada de cebolla holandesa está entrando en su última fase. "Mientras tanto, casi todos los productores ya han vendido su cosecha y las empresas clasificadoras están terminando una tras otra. Solo quedan muy pocas compañías que siguen clasificando cebollas hasta el final de la temporada", observa Jaap Wiskerke, de la empresa holandesa Wiskerke Onions.
"La menor oferta ha hecho que los precios hayan subido mucho, pero las diferencias de precios son grandes, dependiendo de la calidad. Para las cebollas más exclusivas se pagan incluso entre 38 y 40 céntimos. En estos momentos, la demanda es limitada, pero eso está directamente relacionado con los precios más altos. Si el nivel de precios se hubiera mantenido estable, la demanda también habría sido mucho más alta. Hoy en día apenas hay cebollas disponibles", según el exportador.
Un golpe maestro
"El año pasado, en junio, se despachaban 6.000 toneladas de cebollas cada semana a un precio de 70-80 céntimos, pero en ese momento, todos los comerciantes pudieron anticiparse a la escasez y compraron muchas cebollas egipcias. Este año, la escasez ha sido demasiado repentina e inesperada", dice Jaap. La empresa Wiskerke sí se anticipó a la esperada escasez al comprar casi todos los lotes de cebollas buenas que se pudieran encontrar en la provincia de Flevoland el 11 de mayo. "Un golpe maestro", recuerda con una sonrisa. "Luego, vinieron los otros compradores, pero tuvieron que pagar precios mucho más altos".
"Podemos decir que el precio no ha sido demasiado bajo esta temporada y se ha exportado una gran cantidad de cebollas. Pero la próxima temporada puede arrojar una imagen completamente diferente. Habrá muchas menos cebollas, pero dudo que sean fáciles de vender, a pesar de que la cosecha puede ser incluso menor que en 2018. Una cosecha limitada no siempre significa automáticamente buenos precios en origen".
Más competencia en África
"Durante los últimos cuarenta años, el 99% de las cebollas importadas en África venían de los Países Bajos, pero debido a los altos precios en la temporada 2018/19, una serie de países productores se han forjado un acceso al mercado africano. Marruecos actualmente tiene muchas cebollas, Turquía también tiene suficiente producto disponible, los precios en España son bajos y las cebollas chinas están tiradas de precio. De aquí en adelante, los Países Bajos siempre dependerán de la escasez en otros países”.
Este año, además, el mercado de la cebolla roja vivió una situación insólita. "Debido a la escasez en la India, la demanda de cebollas rojas se disparó. Como resultado, pudimos llegar a destinos en Extremo Oriente donde la India tenía exclusividad. Digamos que es exactamente la situación contraria de la que nos encontramos en África", continúa Jaap. "Si me hubieran preguntado en enero qué precio tendrían las cebollas holandesas rojas en el mes de mayo, habría dicho que ya ni siquiera quedarían. Sin embargo, ahora aún hay, en parte porque las cebollas rojas son muy demandadas en el sector hostelero, a donde no han podido llegar como consecuencia del confinamiento".
Mal desarrollo a nivel capilar
Según Jaap, la producción de las nuevas cebollas está en riesgo, especialmente en las áreas que no cuentan con riego. "No es solo la sequía, sino también el viento frío del norte. Las cebollas no se desarrollan bien a nivel capilar. Si la situación perdura tres semanas más, el desastre es inminente. Ya estamos dando por sentado que la cosecha de cebollas de segundo año se reducirá un 50% respecto a la del año pasado, teniendo en cuenta incluso las parcelas que se están arando. El año pasado tuvimos rendimientos récord de más de 70 toneladas, pero creo que muchos productores estarán contentos si logran alcanzar las 35 toneladas. Y con el pronóstico del tiempo para las próximas dos semanas, la cosecha de cebollas de primer año también será un 25% menor", espera Jaap.
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Jaap Wiskerke
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