"La campaña de naranja siciliana terminó a principios de mayo, un mes antes de lo habitual, debido a la fuerte demanda durante el confinamiento", comenta Aurelio Pannitteri, dueño de la marca Rosaria, con quien hemos repasado los aspectos más destacados de la pasada temporada. Hay varios puntos sobre los que merece la pena reflexionar de cara al futuro.
Aurelio Pannitteri
"Aunque los volúmenes han sido mayores que los del año pasado, el volumen de facturación es más o menos igual. La gran diferencia ha sido que hemos tenido que recolectar el producto en un período más corto. Como no comercializamos productos que no sean de nuestra producción, una vez que la cosecha de naranjas se acabó, también el trabajo en la empresa terminó, y eso fue exactamente el 7 de mayo", dice el experto.
Por supuesto, algunas empresas sicilianas con variedades más tardías habrán vendido sus naranjas más allá de la fecha indicada por Pannitteri, quien trabaja esencialmente con la naranja sanguina del Etna.
"Los precios en campo se situaron en alrededor de 1,00 €/kg", especifica Pannitteri, "excepto en los últimos días, cuando registramos picos de 1,30 €. Estamos particularmente contentos de que la mayor parte de nuestra producción haya sido absorbida por el mercado interno, porque el consumidor italiano es quizás el más exigente en términos de seguridad alimentaria. Está claro que la función nutracéutica de la naranja sanguina siciliana y su alto contenido de vitamina C han desempeñado un papel central".
"La demanda de los mercados extranjeros también ha sido positiva", agrega el director. "Nos han llegado muchos pedidos de los países escandinavos, donde, año tras año, la confianza en nuestra marca crece con volúmenes cada vez más importantes. Este año, también se ha abierto una ventana en el mercado holandés con pedidos más bien limitados pero constantes a lo largo del tiempo. Creo que podemos abrirnos camino en este mercado sobre la base de la confianza, la eficiencia, la fiabilidad y, sobre todo, la buena calidad de nuestras naranjas del Etna, únicas en el mundo".
La marca Rosaria fue una de las primeras en exportar naranjas sanguinas sicilianas a China. "Cabe destacar que no solo fuimos de los primeros en exportar naranjas a China, sino que también fuimos los únicos que las enviamos por vía aérea. Es un valor agregado del cual tenemos la primacía absoluta. Desafortunadamente, la difícil situación sanitaria mundial ha impedido este año la exportación a China. Pero para la próxima temporada, si la pandemia lo permite, contamos con reanudar esas relaciones comerciales".
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