Recientemente, se han realizado ciertas acusaciones al sector hortofrutícola de Lleida de ser el principal foco de infecciones de COVID-19, concretamente, en la comarca del Segrià. “Cierta asociación y medios de comunicación han puesto ejemplos de casos minoritarios que para nada representan al sector hortofrutícola de Lleida. Desde las autoridades sanitarias, sin embargo, no se ha vinculado el brote de coronavirus con este sector”, explica Manel Simon, director de Afrucat (Associació Empresarial de Fruita de Catalunya). “Y es que, el hecho de que los estrictos protocolos de seguridad e higiene que diseñamos antes de que empezara la campaña nos hayan permitido localizar los casos no significa que se hayan originado en nuestro sector”, añade.
Afrucat publicó el primer protocolo para centrales frutícolas frente a la COVID-19 revisado y validado por el Departamento de Salud de la Generalitat y validado y recomendado por UGT. Este protocolo, seguido por la práctica totalidad de los asociados a la entidad, detalla un conjunto de medidas estrictas para la protección de la salud de los trabajadores de las centrales frutícolas.
Cuando el país entero estaba cumpliendo el confinamiento, el sector frutícola de Cataluña siguió trabajando, tanto en las centrales de envasado de manzana como en las tareas de preparación para la futura cosecha de fruta de hueso durante los meses de marzo, abril y mayo. De acuerdo con el representante de Afrucat, “durante ese periodo se realizaron test, sin que hubiese una sola detección. Cuando empezó la desescalada, aunque se había reducido considerablemente el número de casos, todavía seguían teniendo lugar detecciones de COVID-19 en toda España. En este periodo todos nos hemos relacionado con familiares y amigos, por lo que era cuestión que en algún momento volviese a rebrotar. Pues bien, fue alrededor del mes siguiente desde que empezara la desescalada cuando detectamos el primer caso”.
Nuestros controles son muy estrictos, tal vez los más exigentes de todo el sector. Medimos la temperatura de todos los trabajadores y estamos pendientes de cualquiera que muestre algún síntoma. En el momento que se detecta un caso informamos a las autoridades sanitarias, apartamos y aislamos a la persona infectada. Hicimos rastreos voluntarios y test a toda las plantillas de las empresas que están inscritas a Afrucat, pagados por nosotros mismos. La mayor parte de los más de 100 casos que detectamos, eran sobretodo gente joven, tanto inmigrantes como no inmigrantes y sin ningún síntoma. De no ser por estos test, no habríamos descubierto que hay tanta gente asintomática, que, sin saberlo, infecta a los que están en su entorno. ¿Por qué han surgido estos casos? Simplemente porque fuimos los primeros en hacer test, si no, no hubiera sido trascendente”, señala Manel Simon. “Hace dos semanas que Salud empezó hacer test y se están dando casos en todos lados, allá donde se realicen, incluyendo residencias de ancianos”.
La campaña de fruta de hueso terminará unos 10 días antes
Las persistentes lluvias y el granizo han provocado que la cosecha de melocotón y nectarina de Cataluña haya disminuido alrededor de un 30% este año. La producción es escasa en casi todas las zonas productoras que se encuentran en periodo de cosecha en estos momentos, tanto en España como en otros países, incluyendo importantes productores como Francia e Italia, donde las heladas mermaron la cosecha un 80% en Emilia Romaña.
“La disponibilidad de fruta en Europa es muy baja, por lo que hablamos de una campaña muy fluida a nivel comercial. La escasez de fruta está equilibrando el mercado, ya que siempre hay alguien que busca presionar los precios a la baja, pero se encuentra con que es complicado encontrar fruta. Por tanto, los precios están manteniéndose en niveles muy razonables. No obstante, los márgenes de beneficio dependerán de si los productores tienen o no un buen volumen de fruta aprovechable. Será más complicado para los que hayan tenido rendimientos bajos en campo y mermas importantes. La cosecha se adelantó unas dos semanas y ahora estamos en el punto álgido de volúmenes. Pero con la disponibilidad que tenemos, la fruta empezará a escasear a partir de mediados de agosto, unos diez días antes de lo habitual. Esto le dará más espacio a la cosecha de pera y manzana, que tendrán menos frutas con las que competir”, indica Manuel Simon.
Para más información:
www.afrucat.com