La campaña de uvas de mesa comenzó a mediados de junio en la Región de Murcia, la principal productora y exportadora de esta fruta en España, en un mercado dominado por los volúmenes egipcios, que esta temporada han sido mayores y se han mantenido durante más tiempo en Europa. Pese a que la inestabilidad climatológica de los últimos meses ha impactado en el volumen total de la producción murciana, el sector de la uva de mesa tiene ante sí un panorama favorable marcado por un menor volumen de fruta de hueso en toda Europa, una de la frutas con las que compite en la temporada.
Para el Grupo Hortofrutícola Paloma, especializado en producciones tempranas, la entrada al mercado europeo se ha retrasado este año dos semanas debido a la fuerte presencia de Egipto. “Europa estaba esperando recibir nuestras uvas desde la primera semana de julio y además con buena demanda, pero este año la llegada se ha retrasado”, explica David Franco, del departamento comercial del grupo con sede en Mazarrón. “Parece que la situación del COVID en muchos países ha limitado las exportaciones de Egipto a otros destinos y, al centrar su oferta en el continente europeo, ha alargado esa campaña un par de semanas más”.
Egipto es uno de los países que más protagonismo ha ganado en el segmento exportador de frutas y verduras en los últimos años, destacando no solo en el crecimiento en uvas de mesa, sino en otras referencias como cítricos o tropicales. “En Egipto, al igual que en Marruecos, hay una política decidida al desarrollo de la agricultura que está favoreciendo el crecimiento exponencial del sector”, observa David Franco. “En España lo que hay no es un estancamiento, es una especialización, una profesionalización. Una mejora continua de todo lo que hacemos para intentar no perder el sitio”.
Precisamente la especialización y el desarrollo varietal que el sector de la uva de mesa española ha experimentado en los últimos 10 años es lo que le ha permitido mantener su hueco en el calendario internacional. “Lo bueno es que ese hueco no es solo por clima o por la zona donde producimos, ahora mismo también es por la calidad y por las variedades”, subraya el comercial.
La campaña de esta fruta se prolongará en Grupo Paloma hasta octubre/noviembre, en la que, según David Franco, se cosecharán entre 5 y 6 millones de kilos de uvas rojas y negras sin semilla de unas 300 hectáreas, un volumen similar al de la campaña anterior, que se destinará principalmente a los mercados europeos. Además de uvas, Grupo Paloma exporta a toda Europa tomate de diversos tipos, y varias referencias de frutas, lo que le permite la continuidad de su actividad en los almacenes, en el campo, así como el mantenimiento de una plantilla estable.
La excepcional situación que atraviesa el mercado por la evolución de la pandemia, que ha modificado las tendencias de consumo a nivel global impactando particularmente en algunos productos, no afectará a la campaña de uvas de mesa a corto plazo, de acuerdo con David Franco, ya que la situación está más normalizada. “Los meses duros del COVID fueron los primeros, cuando nadie sabía lo que pasaba, no había una operativa de funcionamiento y se atendían pedidos diarios. En ese contexto de incertidumbre, sí es cierto que hubo productos que se vendieron más y otros que se consumieron menos. Ahora que está todo mucho más estabilizado y los países están con un menor grado de confinamiento y con un comercio y una distribución más normalizados, creo que el consumo está siendo bastante estable. Sinceramente no creo que tengamos la incertidumbre en julio y agosto. Más bien la incertidumbre está en qué puede pasar en otoño”, concluye.
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