En general, la campaña de la patata nueva 2020 ha sido positiva, pero sin los picos del año anterior. Las escasas existencias de patatas de la cosecha vieja, que se han ido despachando con rapidez durante el período de confinamiento, fueron una ventaja. Actualmente, con el calor del verano, el consumo ha bajado respecto a los meses anteriores. La Unión Nacional de Asociaciones de Productores de Patata (Unapa) nos proporciona una visión general del sector italiano.
"Durante las últimas semanas de ventas de las patatas nuevas, hasta bien entrado el mes de junio, y a pesar de la competencia en el mercado de producto de otras áreas, las patatas nuevas sicilianas se vendieron a 0,35 €/kg. Durante el resto de la temporada, el precio se mantuvo entre 0,45 y 0,50 €/kg. La producción en la región de Campania se caracterizó por rendimientos modestos, provocados por las heladas de febrero, marzo y abril, lo cual se tradujo en mayores precios de venta en comparación con los últimos años. La región de Apulia se ha beneficiado de la menor competencia del producto de Campania, pudiendo cerrar la campaña de 2020 de manera satisfactoria".
Como las altas temperaturas actualmente no favorecen el consumo de patatas, sino el de otras hortalizas, habrá que esperar a los meses de otoño para la recuperación de las ventas y una tendencia más regular. "En este momento el producto del centro y norte de Italia domina el mercado. Las cantidades son buenas, así como la calidad y los precios. Solo en la zona de Bolonia hay algunos problemas relacionados con los Elateridae, ya que los principios activos que se utilizaron para combatir los ataques de dichos insectos se prohibieron y los medios alternativos no son eficientes. Las regiones de Lacio, los Abruzos y Véneto han registrado buenas producciones. Además, en Sicilia empezarán a sembrar dentro de poco".
Los precios al productor en el centro-norte difieren según el nivel de organización. En zonas donde la presencia de organizaciones de productores es más fuerte, se logran frenar los fenómenos especulativos.
En comparación con otros países, donde la recolección de patatas está más bien concentrada, Italia tiene un calendario de cosecha que va desde finales de marzo a noviembre. La superficie cultivada se mantiene prácticamente constante año tras año.
Italia no es autosuficiente en patatas, por lo que anualmente importa aproximadamente un millón de toneladas, principalmente de Francia. El tiempo seco que ha afectado a los países del centro y norte de Europa, como Francia, en los últimos meses ha impedido un buen crecimiento de los tubérculos. A pesar de un aumento de la superficie de patatas en estos países, aunque limitado (alrededor del 1%), la previsión de una producción medio-alta hace presagiar una disminución de los volúmenes de producto destinado a la exportación, lo cual favorecería las ventas de patatas italianas a partir de otoño.