Bielorrusia está inmersa en una crisis política interna. La brutal violencia del presidente Lukashenko contra su propio pueblo y la clara manipulación de los resultados electorales en los que salió elegido llevaron a la Unión Europea a anunciar sanciones. Sin embargo, las sanciones están causando preocupación entre los productores de peras flamencos, ya que temen un nuevo boicot, además del veto ruso a las importaciones de frutas y hortalizas europeas desde 2014, el cual significó la desaparición de su mercado de ventas más importante de la noche a la mañana.
Hilde Vautmans
Según Hilde Vautmans, miembro del Parlamento Europeo, es poco probable que se produzca un veto por el momento. "La situación en Bielorrusia no se puede comparar con la situación en Ucrania. Las revueltas en Bielorrusia no están dirigidas a favor o en contra de Rusia, ni a favor o en contra de la UE". La candidata de la oposición bielorrusa destacó en su discurso a los miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo que no se trata de una revolución geopolítica. "El pueblo bielorruso solo quiere un cambio democrático después de haber vivido durante 26 años bajo la dictadura de Lukashenko. Los bielorrusos quieren elecciones libres y justas. Están hartos del malestar económico y quieren un presidente que se tome en serio el brote de coronavirus. Esta es una revolución democrática y pacífica".
Aun así, la europarlamentaria belga ya ha recibido varios mensajes y llamadas telefónicas de fruticultores que temen un segundo veto. "Lo comprendo, ya que el veto ruso sigue causando muchos problemas a nuestros productores de la región de Haspengouw hasta el día de hoy. Debido a las sanciones, perdieron su mayor mercado de ventas y se convirtieron en víctimas de un conflicto político con el que no tenían nada que ver. En respuesta, los productores de Haspengouw crearon el comité de acción ‘Políticos, devuélvannos Rusia’. Hoy en día, los productores belgas siguen exportando a Bielorrusia, por lo que quieren evitar tener que crear otra plataforma: 'Políticos, devuélvannos Bielorrusia'".
"Hace diez años, Bielorrusia era un comprador poco significativo de peras belgas, sobre todo en comparación con Rusia", dice Hilde. "Sin embargo, la exportación de peras a Bielorrusia creció mucho durante los años previos al veto ruso. En 2010, Bélgica exportó 1.122 toneladas a Bielorrusia, mientras que en 2013 las exportaciones fueron de 11.161 toneladas. Luego, el veto ruso perjudicó las exportaciones a Bielorrusia, pero aun así, hoy en día siguen siendo más altas que hace 10 años".
"Ciertamente comprendo las preocupaciones de los productores de frutas, también porque la situación en Bielorrusia podría exacerbar aún más las tensiones entre Rusia y la UE. Este no es un conflicto geopolítico por el momento, pero ¿qué pasa si la situación en Bielorrusia no mejora y Lukashenko, sobre el que Rusia tiene cierta influencia, se niega a irse? ¿Y qué hay de toda la desinformación que se está difundiendo en torno a este conflicto? Sin duda puede haber malentendidos no deseados, y es mejor que los evitemos. Esto realmente no debería convertirse en un conflicto UE-Rusia, porque entonces cualquier perspectiva, por pequeña que sea, de un posible levantamiento del veto ruso desaparecería de inmediato", dice Hilde.
"Por lo que a mí respecta, deberíamos seguir hablando con Rusia. Serán los bielorrusos quienes determinarán el futuro de su país, pero eso no debería impedirnos seguir hablando con Rusia, por ejemplo, en el marco de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Después de todo, Rusia tampoco está muy interesada en que Lukashenko se quede en el poder. La UE y Rusia, en el marco de la OSCE, podrían contribuir a un diálogo inclusivo en Bielorrusia", concluye Vautmans.
Para más información:
www.hildevautmans.eu