La demanda de productos ecológicos ha seguido creciendo y expandiéndose en la última década, impulsada por la demanda de productos sostenibles y no contaminantes por parte de los consumidores. Los consumidores suelen considerar que los productos convencionales y los ecológicos son opuestos: los productos convencionales utilizan plaguicidas, fungicidas y otros productos potencialmente perjudiciales, y los ecológicos son una opción más limpia y sostenible que se producen sin el uso de productos químicos.
Según Patrice Sellès, director general de Biotalys, esta dicotomía es perjudicial y contraproducente: "Tenemos que dejar de considerar las dos opciones como opuestas y verlas más bien como parte de un espectro. El objetivo general debería ser la sostenibilidad, en lugar de verlo como convencional versus ecológico".
Izquierda: UTC (1 día después de la sexta aplicación). Derecha: 303 g de AI/ac BioFun-1 (1 día después de la sexta aplicación).
Nuevo biofungicida: lo mejor de ambos mundos
Con la sostenibilidad en mente, Biotalys está trabajando para lanzar un nuevo biofungicida en el mercado de los Estados Unidos en 2022. Sellès explica: "Este será el primero de toda una línea de productos. Se enfocará específicamente en la Botrytis y el oídio en fresas y uvas. Estamos planeando lanzar otros productos también, como insecticidas y bactericidas. Para este primer producto queríamos seguir centrándonos en productos frescos específicos porque es una tecnología muy nueva. De esa manera, podemos trabajar estrechamente con los productores y la cadena de valor de los alimentos e introducirlo con su compra, además de tener retroalimentación en el mercado".
El nuevo biofungicida se está probando actualmente con muy buenos resultados. "Estamos probándolo en más de 150 fincas experimentales y la UC Davis también lo está probando. Todas son pruebas a ciegas y estudios independientes, y hasta ahora, los resultados han sido muy buenos. La tecnología combina lo mejor de la producción convencional y de la ecológica: tiene las características de un producto natural, pero también es muy eficaz en la protección contra las enfermedades de las plantas. Es completamente biodegradable y no deja ningún residuo en el suelo o en el producto".
De izquierda a derecha: finca sin tratar, programa MIP, programa MIP reducido, programa MIP de Biotalys.
Cambiando la mentalidad del sector y el consumidor
Uno de los objetivos de Sellès y Biotalys es que el sector y el consumidor dejen de ver los productos convencionales y los ecológicos como opuestos y, concretamente, que vean uno como una opción más sostenible que el otro.
"Los productos químicos son una herramienta y deben utilizarse adecuadamente para garantizar el mejor resultado tanto para los consumidores como para el medio ambiente", explica Sellès. "Un buen ejemplo es la producción de uvas en Europa: hay muchos viñedos ecológicos en Europa que utilizan sales y sulfatos de cobre como fungicida ecológico protector. La cuestión es que hay que utilizar mucho para que sea eficaz, y esos metales (por ejemplo, el cobre) permanecen en los suelos e impactan en la biodiversidad y los microorganismos que son importantes para las plantas. Por lo tanto, la producción ecológica no significa automáticamente que se evite el daño al medio ambiente. Por eso hemos querido crear un producto que ayude a proteger los cultivos y a optimizar su salud y su rendimiento, trabajando además en aumentar la sostenibilidad de la producción".
Un aspecto importante de la sostenibilidad es reducir y prevenir el desperdicio de alimentos. Sellès explica: "Actualmente hay más de 7.500 millones de personas en el mundo, pero la producción mundial de alimentos produce suficientes para 10.000 millones de personas. A lo largo de la cadena de valor de los alimentos se pierden alrededor del 30%; se trata de un problema muy apremiante que debe abordarse y es algo que la producción ecológica por sí sola no puede resolver. Los rendimientos globales de los productos ecológicos son inferiores a los de los cultivos convencionales, y a menudo también tienen una vida útil más corta. Ahí es donde entra nuestro producto en juego como complemento de la agricultura ecológica, para ayudar a producir cultivos convencionales de alto rendimiento y larga vida útil, sin residuos".
Se espera que el lanzamiento europeo se produzca entre 2024 y 2025
Aunque Biotalys está actualmente en Carolina del Norte, sus raíces están en Europa. "Nos constituimos en los Estados Unidos en diciembre de 2019 y tenemos nuestra sede en el país porque queríamos tener una mayor presencia comercial en los Estados Unidos", continúa Sellès. "Además de lanzar el biofungicida en los EE. UU. en 2022, también estamos trabajando en el lanzamiento de nuestro producto en Europa, lo que llevará un mínimo de dos años más, porque Europa aplica un proceso de aprobación más largo, de dos pasos. Hasta ahora, el proceso ha sido un desafío porque es un producto completamente nuevo y las pautas de prueba existentes no siempre son compatibles con la naturaleza de nuestro producto. Pero las autoridades han sido muy cooperativas y acogedoras, y nuestro equipo está haciendo un trabajo increíble para allanar el camino para cualquier otro producto futuro".
"Se tiende en gran medida a culpar a los agricultores de la contaminación, lo que es un gran problema. Los alimentos son uno de los aspectos más importantes de todas nuestras vidas, y deberíamos trabajar para apoyar a los que los producen, en lugar de poner más obstáculos en su camino”, añade Sellès. “Con mis antecedentes como químico, creo que los productos químicos son una herramienta, y que deberíamos utilizar todas las herramientas que tenemos para ofrecer una mayor sostenibilidad al mundo. Deberíamos trabajar todos juntos para buscar el enfoque más sostenible, con los mejores rendimientos y calidad y el menor impacto para el medio ambiente. Espero que Biotalys pueda ayudar a llevar esta transformación a los mercados de los EE. UU. y Europa", concluye.
Para más información:
Diego Angelo
Biotalys
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