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“No queremos que repercuta en el precio final, pero no podemos solos”

Los agricultores murcianos han asumido los sobrecostes de las medidas sanitarias

Un análisis realizado por Fundación Ingenio, que agrupa a más de 10.000 agricultores, empresas, cooperativas y explotaciones familiares del Campo de Cartagena, ha constatado que los agricultores están asumiendo los sobrecostes de aplicar todas las medidas sanitarias en el campo, con el objetivo de no trasladarlos al precio final del producto. Sin embargo, es una situación “insostenible en el tiempo” por el “fuerte impacto” que ha generado en el campo y “la pérdida de productividad”, declara el propietario de una cooperativa familiar. Por ello, los agricultores solicitan ayuda a las administraciones para hacer frente a estos gastos adicionales.

“No queremos que repercuta en el precio final, pero no podemos solos”, reconoce la dueña de una pequeña explotación agraria familiar. “Si no se toman medidas, el año que viene los precios pueden subir hasta un 50% y eso sí repercutirá en el consumidor final”, añade otro agricultor.

“En la última campaña de marzo a noviembre, las medidas adoptadas representan 35.000 euros extra”, señala el propietario de una de las cooperativas. Otras empresas suben esa horquilla de gastos adicionales hasta los 100.000 euros.

Medidas de seguridad
Los agricultores han asumido “plenamente” todas las medidas de seguridad sanitaria y los protocolos de lucha contra la COVID-19; incluso fueron de los primeros en adoptar medidas de protección, “antes incluso de que fueran obligatorias”, señalan varias cooperativas. Además como sector estratégico han redoblado esfuerzos para mantener la actividad y surtir de alimentos a la población durante los meses más duros de confinamiento y de cara a las restricciones de esta segunda ola.

Entre las medidas adoptadas, se encuentran el reparto de mascarillas y guantes entre los trabajadores, la adquisición de dispensadores de gel hidroalcohólico, la colocación de mamparas de seguridad, la duplicación de puestos o la realización de pruebas serológicas y PCR a los trabajadores. “Ante un positivo es necesario testear a todo el personal y como las pruebas tardan tanto tiempo en tener los resultados, nos vemos obligados a contratar más personal o acudir a centros privados para no paralizar la producción”, explica la propietaria de una cooperativa.

Asimismo, se han hecho cargo de otras actuaciones como la readecuación de instalaciones, el aumento de medidas de desinfección en almacenes y locales, la reestructuración de espacios para que los trabajadores mantengan la distancia de seguridad o la implementación de charlas de capacitación al personal para asegurar la correcta implementación de todas las medidas.

 

Fuente: infoagro.com

Fecha de publicación: