Las regiones citrícolas de Limpopo y Mpumalanga, en Sudáfrica, disfrutaron de unas temperaturas suaves durante un cuajado "casi ideal" de la fruta esta primavera en todos los cultivares, incluidos los de Valencia sin semillas.
Las regiones que han recibido lluvias por debajo de la media durante años, a principios del mes pasado vieron llover de forma sustancial.
"Los productores deben ser conocedores del potencial impacto negativo del exceso de cuajado, siendo lo más problemático la reducción del calibre de la fruta", el servicio técnico de la citricultura sudafricana, Citrus Research International, recuerda a los agricultores.
"Además, se puede esperar una influencia negativa en la condición de la piel, lo que se traduce en mayores desórdenes fisiológicos, como arrugas y un desarrollo inadecuado del color. La base de estas respuestas negativas a un cuajado demasiado elevado es el reparto de los recursos finitos (nutriente y carbohidratos) entre toda la fruta".
"Una carga de cultivo demasiado elevada también podría derivar en ciclos de alternancia en la próxima temporada, lo que sería difícil de controlar".
Las ventajas económicas de que las frutas sean más grandes pueden superar las de una cosecha más abundante, apuntan.
Un productor de pomelo de Letsitele, una zona donde en los últimos años ha llovido por debajo de la media, confirma que actualmente están haciendo labores de aclareo.
Los productores utilizan la poda como técnica de aclareo, en especial en los árboles maduros, así como el aclareo químico con auxinas sintéticas (hormonas del crecimiento) o el aclareo manual.
"Si hay demasiada fruta en los árboles, hay demasiada fruta pequeña, por lo que la manipulación de los cultivos es importante en un año de carga productiva, como prevemos".
Las condiciones de la ola de calor o el estrés hídrico podrían exagerar el aclareo: siempre es un riesgo cuidadosamente calibrado a la hora del aclareo de un cultivo.