Banagrumes, mayorista con múltiples especialidades del sector de la fruta en Rungis, comenzó la comercialización del caqui de origen español el 5 de octubre. "Trabajamos de forma directa con dos proveedores en España; El Osito en categoría premium y Teresín en categoría I. Este año, ha habido un déficit de producción en cuanto a volúmenes, del -20% al -25%. Sin embargo, no lo hemos notado mucho hasta ahora, ya que las ventas estaban relativamente calmadas", explica Alain Alarcon, presidente de Banagrumes.
Pero, desde hace diez días, parece que la demanda se ha dinamizado. "El mercado se ha despertado y los clientes acuden a nosotros. Hay una mejor rotación de la mercancía, algo acentuado por la falta de volúmenes. A día de hoy, la mayor parte de los caquis ya se han recogido, lo que provoca que no tardaremos en comercializar los caquis de conservación. Normalmente, las ventas de caquis se aceleran más avanzada la temporada, al acercarse las Navidades".
En cuanto al precio medio de venta, ahora es mayor que el del año pasado. "Vendemos menos volúmenes que el año pasado, pero a un precio mayor. Constatamos casi 30 céntimos de diferencia por cada kilo, respecto al precio de la campaña anterior".
Banagrumes ofrece a sus clientes los dos tipos de caquis, el tradicional, que entre otras tienen la particularidad de consumirse blando, y el Persimon, el caqui duro. "Llevamos casi 30 años comercializando caquis. Desde hace unos años, hemos notado un cambio por parte del consumidor en favor del Persimon, que es más fácil de enviar, ya que es menos frágil. Personalmente, suelo mantener la oferta de caquis tradicionales, que aporta un valor añadido muy interesante por su sabor tan dulce. Desde un punto de vista gustativo, el caqui blando es otro mundo. Es cierto que es más difícil trabajar con él porque es más frágil. Lo vendemos en bandejas, ya que es un producto que debe tratarse con cuidado".
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Alain Alarcon
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