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La especulación de agencias intermediarias europeas hunde los precios de las hortalizas españolas

El sector de las hortalizas en España está atravesando momentos muy duros en las últimas semanas, especialmente los agricultores, que están recibiendo precios realmente bajos, muy por debajo de la rentabilidad. Si bien la semana pasada empezó a destruirse parte de la producción de hortalizas de invernadero como pepinos, berenjenas, pimientos o tomates de forma desesperada en Almería, la situación también se ha trasladado a las hortalizas de hoja como la lechuga y las espinacas, así como al brócoli y la coliflor, mayoritariamente producidos en la Región de Murcia y el sur de Alicante, que se convierten en las principales zonas de aprovisionamiento a Europa en los meses de otoño e invierno.

Si bien no está habiendo sobreproducción, las temperaturas inusualmente cálidas de este otoño han provocado que la cosecha se adelante entre 10 y 15 días, con algún solapamiento puntual con producciones del norte y centro de Europa. Además, la demanda se ha resentido con la segunda ola de contagios por Covid-19 y el cierre del canal horeca, que opera en alrededor de un 10% de su capacidad habitual.

No obstante, el hecho de que se estén pagando hasta 8 céntimos de euro por una pieza de lechuga, 20 céntimos por el kilo de calabacín 15 céntimos por el brócoli, está directamente relacionado con la especulación llevada a cabo por algunas agencias intermediarias que trabajan para grandes cadenas de distribución de países europeos como Alemania, con un gran poder de compra.

Así lo denuncia Fernando P. Gómez, director general de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región de Murcia, Proexport. “Nos estamos encontrando con precios que no se recuerdan en décadas. Muchos agricultores están dejando de cosechar sus campos para no perder más dinero. Si bien podría decirse que productos como el tomate o el pepino se enfrentan a la presión de una oferta cada vez mayor de países terceros como Marruecos en Europa, está competencia no se da en las hortalizas de hoja, el brócoli o la coliflor”.

“Lo que ocurre es que las agencias de intermediación que trabajan para las cadenas importantes de la gran distribución están aprovechando esta coyuntura para especular y asfixiar a los agricultores. Hemos visto facturas de compra que, si las hiciésemos públicas, haría sonrojar a algunas cadenas de supermercado, ya que choca directamente con las conductas éticas de las que tanto se vanaglorian. Hay agencias quienes han roto con toda ética. Advertimos que estos precios de compra son tan ínfimos que degradan a aquellos que los ofrecen, así como su credibilidad e imagen, sabiendo que se aprovechan de la desesperación de los agricultores. Hemos observado que los precios de venta en los puntos de venta de los supermercados para los que trabajan estas agencias mantienen los mismos niveles de precios, por lo que, el único resultado ha sido un aumento drástico de los márgenes de beneficio”, explica Fernando P. Gómez.

El representante de esta asociación recuerda que el sector ha asumido mayores costes desde la irrupción de la pandemia para evitar posibles contagios. “Si bien la pérdida del canal de la restauración se ha traducido en mayores beneficios con récords de ventas para la gran distribución, cabe recordar que los productores y exportadores de hortalizas contribuyeron en gran manera a que no se detuviese el suministro gracias a un gran esfuerzo. En momentos más difíciles no puede abandonarse así al agricultor, la pieza fundamental de la cadena de suministro".

"Solo pedimos ética empresarial, que se mantengan precios justos, mínimos para que permitan la subsistencia. Hay algunas cadenas y discounters que lo están haciendo bien, sin regalar nada, pero manteniendo precios adecuados para que los productores puedan subsistir. No pueden tomarnos por productores de terceros países, somos europeos y producimos con los más estrictos estándares de calidad, seguridad alimentaria y sostenibilidad, por lo que, si estas políticas de compra continúan, está forma de producir simplemente desaparecerá", concluye el director general de Proexport.