Desde que en 2012 Fernando Ruenes decidió emprender el cultivo de fresas en Bricia, un municipio asturiano del concejo de Llanes, con su marca Asturiana de Fresas, la demanda de esta berry no ha dejado de crecer.
En estos ocho años, su marca se ha consolidado firmemente en la región, surtiendo a varios negocios locales y dando empleo a tres vecinos durante todo el año. Por ello, Ruenes duplicará de cara a la próxima temporada la superficie de su plantación hasta rondar la media hectárea, con la intención de "poder contratar a más gente y llegar hasta las veinte toneladas de producto".
Ruenes destaca que Asturias ofrece condiciones "excelentes" para este tipo de plantaciones. "Tenemos una temperatura más o menos estable a lo largo del año, lluvia que es el mejor riego posible y una tierra muy rica de la que las plantas toman lo que necesitan sin que haga falta añadir demasiados aportes a través del agua como sucede en los campos del sur, donde la tierra es más arenosa", indica, recordando que hay zonas en la región, como Candamo, donde "se plantan desde hace casi un siglo".
Sus inicios, como suele ser habitual, no fueron sencillos. "Era completamente nuevo para mí y de pronto tuve que enfrentarme con problemas y enfermedades de las que no sabía nada, además del reto que supuso abrir mercado", relata. No obstante, empresas de alimentación del concejo, como las heladerías Revuelta y varias confiterías reconocieron rápidamente la buena calidad de sus fresas y se convirtieron en sus primeros clientes.
Actualmente, Asturiana de Fresas vende casi toda su producción, unas ocho toneladas anuales, a un mayorista que opera en España, Francia y Portugal.
Fuente: elcomercio.es