A través de la investigación desarrollada en la tesis doctoral “Respuesta de dos variedades de cerezo frente a diferentes estrategias de riego en el Valle del Jerte” de la investigadora de Centro de Investigaciones Científica y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex) Elena Nieto Serrano, en la que se estudiaron las necesidades hídricas del cultivo de esta fruta en las condiciones de montaña del norte de Cáceres, se han propuesto estrategias de riego en los periodos de precosecha y postcosecha para diferentes variedades que permiten una producción rentable y de calidad con un uso eficiente del agua.
A lo largo de los tres años de investigación, se han realizado ensayos con las variedades Burlat, variedad temprana de ciclo corto de maduración, y Lapins, más tardía y de ciclo medio, ambas habituales en la producción del Valle del Jerte. Se han evaluado los resultados de cuatro tratamientos de riego: un tratamiento de riego con el 100% de las necesidades hídricas del cultivo; estrategias de riego deficitario controlado con una reducción de agua del 25% y del 50% en relación con las necesidades hídricas del cultivo; y el riego recomendado por las Comunidades de Regantes que se aplica en la zona del Valle del Jerte.
El estrés hídrico demostró ser una herramienta eficaz para el control del vigor de los árboles, sin que afectara a la producción e incluso con incrementos de la producción acumulada para los tres años del ensayo. Por el contrario, el tratamiento más regado fue el menos eficiente y el que generó menos ingresos brutos y tuvo mayores necesidades en insumos agrícolas (fertilizantes y otros productos….).
En ambas variedades, la regularización de las prácticas de riego mejoró el calibre del fruto, uno de los parámetros que determina la calidad del producto y su precio en el mercado. En cuanto a la variedad Lapins, mantener un óptimo estado hídrico en precosecha mejoró el calibre y la firmeza de la fruta y por tanto el valor comercial de la cosecha, además consiguió mantener la fruta en el árbol en mejores condiciones, prolongando las tareas de recolección. También se redujeron los problemas de deshidratación en los pedúnculos, aspecto que deteriora la calidad del fruto.
Los resultados del estudio han llevado a la investigadora Elena Nieto Serrano a proponer para las dos variedades una estrategia de riego deficitario controlado en el periodo en poscosecha, que se prolongará hasta las lluvias otoñales o senescencia floral (caída de hojas e inicio del reposo vegetativo del árbol). Esta estrategia permite un ahorro de agua en torno al 60% del aporte calculado para satisfacer plenamente las necesidades del cultivo, mejora la calidad del fruto e incrementa la producción acumulada de los años siguientes.
Fuente: agrodiariohuelva.es