La campaña de cítricos españoles se encuentra ahora en pleno cambio entre su primera y segunda estación. Mientras están terminando esta semana las últimas partidas de Clemenules, empiezan a haber más operaciones de Nadorcott, Tango y Ortanique, entre otras, mientras que en naranjas, están recolectándose ya Navel y algunas Navel Late en Andalucía.
“Los volúmenes comerciales de Clemenules se han reducido bastante este año, tanto por falta de calibre como por problemas de calidad. El destrío ha sido abundante para esta variedad, a la que las últimas lluvias tampoco le han ido bien”, cuenta Alfons Royo, gerente de la empresa Royo Fruits. Esto, unido a los esfuerzos por mantener las medidas sanitarias y de prevención por el COVID, ha hecho que los costes de producción se hayan elevado este año, aunque los compradores de la gran distribución y mercados mayoristas no parecen terminar de entenderlo. Afortunadamente, este año podrá dársele salida comercial a toda la Clemenules, algo que no ha ocurrido otros años”.
De acuerdo con el productor y exportador de cítricos, en esta segunda fase de campaña se observa una tendencia parecida a la del año pasado. “Vuelve a haber un poco de especulación en campo, donde se está comprando a precios que no se corresponden con lo que determina el mercado. Si bien el final de campaña del año pasado hubo una demanda desmesurada de cítricos coincidiendo con la irrupción de la pandemia, no creo que este año pase lo mismo. La mayor decepción la hemos tenido en las naranjas del hemisferio sur, que tuvieron precios desorbitados durante el verano y luego se desplomaron con la llegada de las primeras Navelinas españolas”.
La borrasca y las heladas de las dos últimas semanas provocaron que la disponibilidad de cítricos fuese más limitada. “Las carreteras estaban llenas de nieve, lo cual dificultó el transporte, retrasándose los envíos a toda Europa. Por otra parte, las lluvias impidieron las tareas de recolección y almacenamiento durante varios días. Aquellos que no planificaron bien esto se encontraron con las cámaras vacías de producto y, durante varios días, la demanda estuvo por encima de la oferta. Ahora, después de las heladas, se ha estabilizado la demanda, que es más bien baja”, explica Alfons Royo.
“La maduración de las variedades de segunda estación está más avanzada de lo habitual, alrededor de 20 días, algo que será positivo para los envíos a mercados europeos, que encontrarán una fruta de muy buen sabor, pero que nos limitará la capacidad de exportar a mercados de ultramar. El año pasado ya hubo problemas logísticos para enviar cítricos a mercados lejanos como China y este año no creo que vuelvan a repuntar las exportaciones. Todavía hay incertidumbre y no hay suficientes garantías a nivel logístico”.
Royo Fruits suministra también al mercado británico, donde la entrada en vigor del Brexit ha causado retrasos en las aduanas. “Lo que más hemos notado ha sido un incremento en la documentación para atravesar las aduanas y, aunque tenemos un ligero aumento de costes los precios de venta no se han resentido. Esperamos que no se terminen aplicando aranceles a las mandarinas y naranjas españolas, ya que si no este mercado dejaría de ser atractivo para nosotros”.
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