A mediados de enero comienza en Andalucía la cosecha de la naranja Sanguinelli, una variedad española que suele alcanzar en estas fechas los valores óptimos de su propiedad más característica: su distintivo color rojo externo e interno. En Mogalla, esta semana han empezado con este cítrico que goza de una demanda creciente en el mercado y que no solo exportan a los principales países europeos, sino que viaja desde los campos de Sevilla y Huelva hasta destinos de ultramar como Canadá o Sudáfrica.
“Es una variedad con una producción de calibres medianos-pequeños, orientada al zumo, pero con esa pigmentación roja que la hace tan especial. Llevamos muchos años trabajándola y tenemos un mercado bastante consolidado, pero en continuo crecimiento”, afirma Daniel Blanco, director comercial de la empresa andaluza. De hecho, esta naranja de coloración roja ha sido una gran apuesta para Mogalla, que cuenta con una producción creciente en sus fincas tras la ampliación de la superficie de cultivo que llevaron a cabo hace dos años, con nuevas plantaciones. “Para este año estimamos una producción de unas 900 toneladas, pero, cuando las nuevas plantaciones estén en plena producción, esperamos alcanzar las 1.500 toneladas”.
Con el inicio del año, también comienza la que se considera la segunda parte de la temporada de cítricos en la que las variedades más tardías, como las Lane Late o las mandarinas Tango y Nadorcott, toman el relevo en el mercado de los cítricos. A pesar de las buenas perspectivas que arrojó el aforo previsto para esta campaña 2020/21 anunciado en el mes de septiembre por el Ministerio de Agricultura, que situaba la producción en la campaña un 12% por encima de la del año pasado, un factor muy importante a nivel comercial como es el calibre está siendo determinante esta temporada.
“En la primera parte de la campaña realmente sí ha habido más producción, aunque con una mayor cantidad de calibres pequeños. Por ejemplo, en Navelina y Clemenules ha habido más fruta, pero un alto porcentaje de los calibres no han sido comerciales por el tamaño. Pero en la segunda parte de la campaña, con variedades como Lane Late, Navel Powell o Chislett, se prevé todo lo contrario”, advierte Daniel. “Se espera menos producción y calibres más grandes. Hay que tener en cuenta también que muchas empresas llevan recolectando Lane Late ya 2-3 semanas, tanto por la necesidad de tener calibres grandes disponibles para la venta como también forzados por una Navelina de escasa calidad al encontrarse en un estado de madurez bastante avanzado; por lo que, si el consumo se activa como parece que está pasando, puede que este año la campaña acabe antes de lo habitual”, avisa.
En este sentido, el director comercial se une a las voces del sector que recientemente han cuestionado la conveniencia de la publicación de los aforos iniciales de campaña y la influencia que esas cifras provisionales pueden ejercer sobre su posterior desarrollo comercial.
Buenas expectativas pese a la incertidumbre
El consumo de cítricos en la primera parte de la campaña no ha cumplido con las expectativas que había generado el final de la campaña anterior, cuando el brote de coronavirus y su rápida expansión dispararon las ventas. “En España los precios de las Navelina han estado desorbitados en el campo en septiembre/octubre. Se pensaba que la segunda ola iba a ser igual que la primera, en la que hubo falta de naranja generada por una demanda bastante alta, pero lamentablemente no ha sido así. La demanda ha sido lenta y con presión de precios a la baja, propiciada también por la concentración de calibres pequeños, como he explicado anteriormente”.
“Aparte, la demanda de la gran distribución ha estado bastante inestable, pues se entiende que el consumo no está desarrollándose como en años anteriores”, destaca Daniel. “Sí que es verdad que los hábitos de consumo han cambiado con la pandemia. Al mismo tiempo, muchas personas han perdido sus puestos de trabajo, nos encontramos con países con confinamientos prolongados, el cierre de la hostelería, restricciones al turismo… Todo esto suma para que haya incertidumbre y no se sepa anticipar un posible comportamiento del consumidor a corto plazo”.
Mientras tanto, la temporada sigue adelante y la Sanguinelli se encuentra en la línea de salida, y a pesar del contexto complicado en el que arrancará su nueva campaña, desde Mogalla se muestran positivos. “La Sanguinelli es una variedad que tenemos bastante controlada”, subraya Daniel Blanco. “Son ya muchos años trabajando esta variedad y con una cartera de clientes bastante fiel tanto a la variedad como al servicio que ofrece Mogalla. Esta variedad suele tener un mercado muy localizado y especial, al margen del resto de cítricos, por lo que suele ser estable, motivo por el que creo y espero que este año siga siendo del mismo modo”, enfatiza.
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Daniel Blanco
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