En los últimos días y semanas se ha hablado mucho del mal tiempo en España, donde los cultivos sufrieron por las heladas y las abundantes lluvias. Como consecuencia, las hortalizas empezaron a escasear y los precios a subir bruscamente, de forma que los precios de los tomates holandeses, españoles e italianos convergieron en la semana 2. En los mercados mayoristas alemanes, los mayores valores atípicos se observaron en los pepinos.
Mientras tanto, el mercado parece haberse calmado algo en la semana 3, aunque se prevé que seguirá estando "perturbado" durante un tiempo, también en los supermercados. No obstante, también en los últimos dos años los precios aumentaron en el mes de enero, según el dashboard sobre la producción, comercio y precios de tomates publicado por la Comisión Europea.
Alemania
Alemania no está incluida en el dashboard sobre los tomates. En la semana 2, el país tenía "una oferta variada" de tomates y el aumento de los precios fue particularmente notable para los productos holandeses y belgas, según un informe de mercado publicado por la Agencia Federal para la Agricultura y la Alimentación de Alemania (BLE).
Sin embargo, el precio medio no ha sido muy diferente al que se pagó en los mercados mayoristas alemanes en 2020. La demanda de pimientos fue limitada y pudo satisfacerse sin problemas.
Los pepinos abundaban en los mercados mayoristas alemanes, pero la merma en la cosecha en España puso fin a la gran oferta. Además, el producto que llegó se disparó de precio. Los tamaños grandes fueron los más demandados. Aquí, a diferencia de los tomates, los precios fueron mucho más altos de lo habitual.
Desde, entre otros países, Bélgica y Grecia, la brecha en la oferta no pudo cubrirse. La oferta de estos orígenes constó principalmente de calibres más pequeños. El precio para los calibres 35, 40 y 50 aumentó considerablemente, con un precio medio de alrededor de 3,40 euros para los calibres combinados 35 y 40/50.
Las berenjenas españolas también tuvieron precios mucho más altos que en la semana 1 debido a la escasez de producto. Los precios subieron un euro y alcanzaron una media de 3,74 euros por kilo. Lo mismo ocurrió con los calabacines, provenientes de Italia y España.