El primer anuncio de la presencia de ToBRFV en Italia se remonta a enero de 2019, gracias a una entrevista que realizamos en Vittoria (RG), Sicilia, donde Walter Davino, profesor de Fitopatología de la Universidad de Palermo, explicó las posibles consecuencias catastróficas de este virus para el cultivo de tomate.
Prof. Walter Davino
La amenaza del ToBRFV es precisamente lo que nos ha hecho insistir tanto en el tema, con la esperanza de que el sector y las instituciones consideraran la aplicación de contramedidas adecuadas. Desafortunadamente, la situación ahora parece estar ya completamente fuera de control; o casi, a pesar de que los productores hayan logrado hacer retroceder ligeramente a la enfermedad. Lo han conseguido con iniciativas como el uso de variedades menos vulnerables, diferentes técnicas de cultivo y ciclos más cortos.
Una vez más, por tanto, entrevistamos al virólogo siciliano, quien reitera lo que lleva diciendo durante años.
Tomates afectados por ToBRFV, con las características irregularidades en el color. La enfermedad también afecta a los pimientos
"Actualmente no existen soluciones efectivas contra esta fitopatología. Las empresas de semillas y los fitomejoradores se han unido en la lucha contra la propagación de las semillas infectadas, pero el virus ha llegado en tomates holandeses. Afortunadamente, nuestros productores están actuando de la mejor manera posible y se está invirtiendo en análisis adicionales. La prevención es y sigue siendo por el momento la herramienta más efectiva en la lucha contra este virus, especialmente el diagnóstico precoz por parte de laboratorios acreditados. Un sistema de diagnóstico remoto permitiría tener los resultados disponibles el mismo día, realizándose el análisis en el propio vivero", dice el profesor.
"Este es precisamente el enfoque de un proyecto de investigación realizado bajo la Medida 16.2, financiado por el Ministerio de Agricultura. La empresa Pro.Se.A y cinco viveros de Ragusa son los principales responsables de esta investigación. La cadena de suministro también contribuye en cierta medida, pero el eslabón más débil sigue siendo el productor. De hecho, a menudo ocurre que el agricultor entra en contacto con la infección, permaneciendo esta en la explotación, en los residuos de cultivos anteriores. Otro problema es la propagación del virus de invernadero a invernadero y de explotación a explotación a través de los empleados. Por último, los abejorros también pueden contribuir a propagarla".
Hoja con mosaico internerval debido a ToBRFV. Haga clic aquí para comprobar el estado de la expansión de la enfermedad en el mundo.
"Muchas explotaciones carecen de los instrumentos de protección más básicos y, de momento, no tengo una opinión sobre variedades de tomate resistentes. Solo el tiempo y el mercado nos dirán si vamos en la dirección correcta. Creo que conviviremos con el problema durante al menos dos o tres años más, pero espero equivocarme".
"Lamentablemente, la industria prefiere no hablar demasiado de ello. La prueba es que las empresas que han sufrido el problema no nos han contactado porque temían las consecuencias. Esta estrategia no les sirvió de nada, porque no se aplicaron medidas. Al ocultarnos el problema a los investigadores, el virus pudo propagarse y ahora esas mismas empresas están pagando un precio muy alto por ello", concluye el profesor Davino.