La optimización de los procesos agrícolas es de vital importancia para alcanzar rentabilidad en los cultivos. Con unos márgenes de beneficios reducidos, el margen de error y mitigación es igualmente estrecho, y los agricultores deben aprovechar la ventaja de todos los puntos de acción críticos que favorecen el incremento de la calidad de producción.
La producción y los cálculos de rendimiento reales están condicionados por parámetros variables (condiciones edafoclimáticas) y parámetros más rígidos y fijos (gestión de cultivos, características fisiológicas, etc.). Sin embargo, aunque nos enfrentamos a las demandas del mercado –calidad, menos residuos poscosecha, compromiso medioambiental y las restricciones de la cartera de productos químicos–, debemos mantener el foco en la rentabilidad agrícola. Estos procesos pueden incluir trabajos agrícolas, procesos fisiológicos del cultivo o incluso uno de los parámetros más descuidados: la dinámica y la salud del suelo.
Durante mucho tiempo, hemos olvidado a nuestro aliado más crucial y constante: el suelo; un complejo sistema compuesto por características físicas y químicas, desde el tipo de suelo y el pH hasta el contenido de materia orgánica y la retención y flujo de agua. Los rasgos biológicos, como las poblaciones de microorganismos, también influyen en el suelo y en los cultivos, aunque solo sea de forma indirecta.
El microbioma del suelo es un "universo" delicado sobre el que debemos trabajar. El enfoque químico convencional ha alterado el equilibrio natural del suelo y destruido las poblaciones microbiológicas que, hasta ahora, se consideraban dañinas para la productividad de los cultivos.
Desde la antigüedad, las sociedades más avanzadas han comprendido el valor añadido que los microorganismos aportan a la agricultura y se han apoyado en esas poblaciones para prosperar. Hoy en día, disponemos de conocimientos científicos para comprender y apreciar el porqué de esta ancestral confianza.
Alltech® Crop Science (ACS), división de la empresa mundial de nutrición Alltech, reconoce que un suelo sano y vivo es fundamental para que las plantas alcancen su máximo potencial genético. Desde 1994, ACS ha centrado su investigación en la comprensión del mundo microbiano que hay bajo nuestros pies. ACS se dedica a ofrecer soluciones innovadoras que favorecen los microbios beneficiosos para el suelo, los cuales ayudan a descomponer el material vegetal residual, incrementar la disponibilidad de nutrientes y mejorar el crecimiento.
La gama de suelo de ACS permite a los productores trabajar en los sistemas biológicos antes mencionados sin poner en riesgo la complejidad y el equilibrio naturales del suelo. Por el contrario, nuestras tecnologías estimulan la eficiencia de esos sistemas y protegen la variabilidad microbiana beneficiosa y el perfil físico-químico del suelo. Es una inversión en todo el marco agrícola que permite a los agricultores enriquecer y regenerar sus suelos de manera constante, además de optimizar la producción y la calidad medioambiental. Así, pues, podemos afirmar que la rentabilidad del rendimiento agrícola está fuertemente vinculada a la gestión eficaz de la calidad del suelo.
En última instancia, es más sostenible medioambiental y económicamente gestionar el suelo como un ser vivo, un manejo orgánico que proporciona las sustancias esenciales que nosotros, los cultivos y el planeta necesitamos. Guiado por esta premisa central, el abordaje de ACS de la agricultura sostenible pone el foco en el equilibrio microbiológico del suelo y en la nutrición de los microorganismos beneficiosos que optimizan la productividad vegetal.
Visite la página de nuestra campaña para conocer cómo favorecer la salud del suelo con las soluciones de ACS.