Desde el inicio de la campaña, la fresa se convierte en la protagonista de las fruterías y departamentos de productos frescos de los supermercados. Una fruta que goza de una gran demanda, pero que desafortunadamente cada campaña es utilizada como producto reclamo por algunas cadenas de supermercados, empañando el gran esfuerzo que llevan a cabo miles de agricultores y temporeros para que llegue a los consumidores un producto con la exigente calidad que dictan los mercados, tanto nacionales como internacionales.
“La fresa es el producto más importante en una frutería entre diciembre y junio, cuando viene la fruta de hueso, y nadie se puede permitir el lujo de no tener fresas en sus stands”, comienza Francisco Sánchez, gerente de la cooperativa de segundo grado de Huelva Onubafruit. “Por eso no se merece en absoluto que la utilicen los supermercados en sus guerras de precios”.
“El sector está muy cansado porque el cultivo de fresas conlleva mucho riesgo y mucha inversión y luego no se siente recompensado”, lamenta Francisco. Además, la climatología está jugando un papel importante en el desarrollo de esta campaña. “La niebla y la humedad desde mitad de enero hasta ahora es responsable de que hoy en día se esté descartando en campo al menos el 50% del producto que se recoge. En Onubafruit llevamos dos semanas perdiendo más de 1 millón de kilos de producto por semana, lo que se traduce en unos 7 millones de euros”, explica el gerente de la compañía. “Y parece que los supermercados cierran los ojos y que eso no va con ellos. Es más, es increíble que realicen promociones cuando estamos fallando el 50% de los pedidos. Yo no le veo sentido, las promociones se hacen cuando sobra producto”, dice con estupor Francisco Sánchez.
En la provincia de Huelva, donde se produce casi la totalidad de las fresas españolas, se ha constatado la reducción de la superficie. “El cultivo más importante que hay en Huelva es la fresa, pero hoy su continuidad está en peligro. No hay ni un solo agricultor que tenga plena confianza en la fresa, tenemos un montón de razones por las que no deja satisfecho a nadie. Al problema de la rentabilidad y a su uso como producto reclamo se le suma la falta de mano de obra para su recolección, que requiere más esfuerzo que la de otras berries, y el hecho de señalar al agricultor como responsable de todas las desigualdades que se aprecian en su entorno”, explica Francisco. “La fresa es un producto al que hay que respetar y, desde mi punto de vista, hoy no se respeta. Desde luego, no lo suficiente”.
Frambuesa y arándanos
La climatología también está haciendo mella a las campañas de otras de las principales berries producidas en la provincia de Huelva. En frambuesas, las pérdidas en este periodo se están elevando a entre un 25 y un 30% de la producción, aunque a nivel de mercado se registran buenos precios, señala Francisco. “En cuanto a los arándanos, estamos comenzando la campaña, pero debido al mal tiempo que ha hecho, de momento está muy retrasada”, explica.
Esta situación ha coincidido con el adelanto del final de las temporadas de Chile y Perú, que han dejado un hueco en el mercado de los arándanos. “Teóricamente, este año tiene que haber más producción, alrededor de un 50% más que la que se produjo finalmente el año pasado. Siempre tenemos en el mercado europeo la ventaja de la frescura, pero, aunque el mercado esté demandando arándanos y haya un hueco, la realidad es que, como la campaña se ha retrasado, no hay disponibilidad”.
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