"Desde hace más de 10 días, la situación del mercado hortofrutícola ha empeorado, especialmente para los productos estándares. Ha sido un reto despachar los volúmenes disponibles, aunque hubo algún signo de recuperación entre el sábado y el lunes. Sin embargo, los productos de alta calidad, en consonancia con los requisitos del retail especializado, siguen teniendo una salida comercial satisfactoria", comenta Guido Grasso, administrador de la empresa agrícola Dorilli, haciendo balance de la situación comercial y productiva de los tomates de mesa sicilianos.
"Desde noviembre de 2020, la diferencia de precios entre los productos básicos y los productos de calidad superior también se ha ampliado en el mercado local", dice Grasso. "Sin embargo, cuando se genera una oferta alta a un precio bajo, la confusión se apodera de los mercados. En esos momentos, el producto estándar quiere venderse como premium, en busca de ganancias fáciles. Es un fenómeno bien conocido, que ciertamente está dificultando también nuestro segmento de mercado ahora".
Para estar cada vez menos envuelta en esta confusión y menos afectada por fenómenos similares, la empresa Dorilli ha iniciado un proceso de diversificación de su segmento, con especialidades de tomate como el “Rojo para ensaladas” y el "Mini Sammarzano", ambos vendidos bajo la marca Kamarino, dado el sabor muy particular de estos productos. La empresa se centra en la búsqueda del sabor de los tomates clásicos, "en lugar de buscar nuevas formas o nuevos colores propuestos por las empresas de semillas". Kamarino se ofrece en un envase respetuoso con el medio ambiente. El embalaje es 100% compostable, ya que tanto el papel como el plástico PLA, el pegamento y los tintes se pueden compostar.
"La innovación varietal en tiempos de ToBRFV es una carta complicada de jugar. Preferimos seguir cultivando variedades conocidas, que también demuestran ser resistentes a la virosis. Está claro que, a partir del próximo año, el ToBRFV influirá en gran medida en las elecciones de variedades de muchas empresas de cultivo, por lo que veremos cómo evoluciona la situación a medida que el sector obtentor continúe investigando. Tal como están las cosas, sigue siendo esencial tener material de propagación saludable para retrasar la aparición de la enfermedad", explica el empresario.
"El virus que ataca al tomate ya está presente en todas partes, más de lo que se podría pensar", continúa Guido Grasso. "Tanto es así que también lo hemos detectado en cultivos aparentemente sanos, por lo que en determinadas condiciones el virus es completamente asintomático. Ya nos hemos hecho a la idea de que tendremos que convivir con este virus en los próximos años, ya que permanece incluso vivo en el polvo y se propaga rápidamente. Por ello, debemos aprender a gestionarlo de la mejor manera posible. De nuestra observación en los cultivos hemos podido constatar, también gracias a la ayuda de pruebas de laboratorio, que existe una mayor incidencia de efectos adversos donde el ToBRFV coexiste y se combina con el virus del mosaico del pepino (PepMV)".
"Hasta ahora hemos aprendido que la profilaxis por sí sola no es de gran ayuda, aunque constituye un componente importante en el conjunto de las diferentes acciones. En nuestra experiencia, es necesario combinar la prevención con un manejo agronómico enfocado, por ejemplo revitalizando las plantaciones mediante el uso de variedades menos susceptibles al ToBRFV o plantas injertadas y modificando las fechas de trasplante. En resumen, se trata de actuar sobre todos aquellos parámetros que puedan mejorar el vigor de la planta"”, concluye Guido Grasso.
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