La campaña de mandarinas y clementinas españolas está ya casi concluyendo, mientras que en naranjas todavía habrá disponibilidad hasta finales de julio. Las mandarinas están terminando bien, mientras que en naranjas, apenas hay márgenes de beneficio en general.
En estos momentos se están vendiendo las últimas mandarinas Nadorcott y Orri, que si bien ya se han cosechado en su mayoría, todavía quedan algunas partidas almacenadas para el mes de abril. Desde que empezó la segunda parte de la campaña, una vez terminadas las existencias de Clemenules, los precios de compra empezaron a subir, especialmente en Tango, Nadorcott y Orri, tendencia que se ha mantenido hasta el final de la campaña. En Nadorcott y Tango, por ejemplo, los precios han pasado de alrededor de 0,60 euros el kilo a 1,00 euro el kilo aproximadamente.
Si bien al principio los precios de venta estaban siendo más ajustados, la demanda ha aumentado en las últimas semanas y los precios han repuntado en el último tramo de campaña. “La campaña de mandarinas ha terminado bien”, manifiesta un productor y exportador valenciano. ”A nosotros ya no nos quedan existencias de Nadorcott y Orri, pero si dispusiésemos de ellas en abril y mayo las venderíamos sin problemas y a precios altos. Aquellos que no tengan prisa por vender la fruta y la aguanten más tiempo podrán vender mejor”, afirma.
De hecho ya son varios los productores que están planificando sus cultivos para poder alargar sus cosechas en el futuro. “Creo que va a ser clave en las próximas campaña ralentizar la cosecha de las variedades más tardías, algo que puede conseguirse con un buen manejo en campo”, explica el productor y exportador.
Mercado estancado para las naranjas españolas por los altos precios de compra
A las naranjas, en cambio, no les está yendo bien, al menos a los comercializadores, debido principalmente a la baja diferencia entre los altos precios de compra y los bajos precios de venta, lo cual deja unos pocos céntimos de ganancia. Se trata de una situación bien diferente a la de la campaña pasada en estas fechas, en las que la demanda de naranja –cuya producción era también más limitada-, se disparó por el efecto de la pandemia, así como sus precios de venta.
En estos momentos se están comercializando mayoritariamente Navel Powel, Chislet y Barnfield, que se venden sobre todo a aquellos compradores que están dispuestos a pagar un poco más por el producto español. Y es que, este año la competencia con las naranjas egipcias en los mercados europeos está siendo más alta de lo habitual. La producción de naranja de Egipto es entre un 20 y un 30% más alta este año. Además, alrededor del 70-80% de sus naranjas se han quedado en tamaños medianos y pequeños, los cuales no tienen salida comercial en los mercados asiáticos.
“Los precios a los que estamos comprando las naranjas en el campo son bastante elevados y sacar márgenes de beneficio en su venta es realmente complicado. A veces, incluso nos vemos obligados a vender a precio de coste. La verdad es que las cargas de naranjas se han paralizado bastante en todo el sector”, sostiene un comercializador.