La agricultura valenciana cuenta con unas determinadas zonas cálidas donde el cultivo subtropical del aguacate va ganando protagonismo. En los últimos años el aguacate ha disparado su consumo mundial por sus extraordinarias propiedades nutricionales y, gracias a esa demanda, ofrece una rentabilidad bastante digna para el productor. Por ello es lógico que cada vez más productores exploren esta alternativa hasta hace poco remota.
Su introducción no es comparable a la que aconteció con la naranja o más recientemente con el caqui, porque está muy limitada por las bajas temperaturas. Pero, a su menor escala, el aguacate abandera una revalorización agrícola y vuelve a levantar una renovada ilusión en el sector.
Sin embargo, en medio de esta buena nueva, desde AVA-ASAJA detectamos con creciente indignación el surgimiento de fariseos que difaman el aguacate, hablando del consumo de ingentes recursos hídricos y otros mensajes infernales que no suceden en nuestras zonas productoras.
Los agricultores no malgastamos ni una gota de agua, regamos los árboles justo lo que necesitan, sabemos que los excesos hídricos son perjudiciales para el cultivo y ponemos todo el esmero en lograr un riego racional. Además, al tratarse de un cultivo nuevo en tierras valencianas, el aguacate aún carece de plagas y enfermedades de gravedad, por lo que los agricultores apenas se ven obligados a utilizar materias activas para combatirlas, y hay una clara tendencia a la producción ecológica.
Sabemos que todavía nos faltan muchos conocimientos por adquirir sobre este cultivo subtropical. Y por eso mismo estamos en contacto permanente con los máximos expertos de Málaga y Sudamérica, donde acumulan una experiencia mucho más dilatada. Quiero agradecer especialmente la fructífera colaboración que encontramos en nuestros compañeros de ASAJA Málaga. Conjuntamente estamos llevando a cabo el Grupo Operativo “Innovación en aguacate” que tiene como finalidad aumentar la productividad, favorecer la expansión correcta del cultivo, transferir tecnología y convertir a España en el primer suministrador europeo de aguacate de calidad y de producción sostenible, con una baja huella de carbono.
Desde AVA-ASAJA también hemos impulsado la puesta en marcha de la Asociación de Productores de Aguacates (ASOPROA).
La comercialización es otro asunto al que no debemos prestarle menos atención. Hay comercios de Málaga que vienen a Valencia a comprar aguacates y vienen con unas reglas del siglo XXI –no del XIX– que permiten a los agricultores percibir unos precios dignos.
Si logramos mejorar en todos estos aspectos y garantizamos una rentabilidad razonable a medio y largo plazo, inmediatamente surgirán más jóvenes en el campo valenciano, más posibilidades de que el medio rural sea un lugar atractivo y deje de despoblarse, más futuro. Justo lo contrario de lo que pregonan quienes denigran la imagen del aguacate y echan tierra sobre las personas que quieren ser emprendedoras.