“La campaña de la naranja italiana 2020/21 había comenzado medio mal y ahora parece terminar peor. Ha sido un año en el que la esperanza siempre ha estado puesta en el día siguiente: mañana será mejor, mañana llegará el frío que estimulará la demanda... Así hablábamos, todos los días, los productores y comerciantes”, comentan desde Martucci de Massafra, empresa especializada en la comercialización de cítricos en Europa, que ya ha cerrado oficialmente la temporada 2020/21.
“Procesamos las últimas naranjas en los primeros días de abril. Habríamos seguido unos días más con los últimos lotes de naranjas, pero el mercado no pareció quererlas. Aun así, en comparación con el año pasado, la temporada 2020/21 ciertamente fue más larga, ya que, a pesar de los calibres pequeños-medianos, los volúmenes disponibles fueron mayores. Pero ha sido un año difícil, sin euforia y con un consumo muy bajo. Y la pandemia solo empeoró las cosas. Los mercados exteriores también demandaron volúmenes muy bajos; habríamos esperado mucho más de Polonia, Hungría y Eslovenia, ya que en años anteriores salieron decenas de camiones de nuestro almacén cada semana hacia estos países”.
"En los casi 5 meses de ventas, tuvimos un precio medio de unos 0,15 €/kg, casi la mitad del año pasado. Pero lo que más nos ha asustado han sido los volúmenes comercializados: este año hemos despachado unas 900 toneladas de naranjas Tarocco, mientras que en 2019 fueron más de 1.500 toneladas. En cuanto a las diferentes variedades no sanguinas, este año hemos comercializado unas 400 toneladas, frente a las 900 en 2019/20. Ahora solo queda mirar hacia la próxima campaña, esperando que la floración se produzca de la mejor manera posible y que las condiciones meteorológicas en los próximos meses estén del lado de los productores”.