La sostenibilidad no es solo una fábula, sino una herramienta de segmentación muy concreta, capaz de dar valor a un producto y mejorar los márgenes de beneficio. "Si analizamos las últimas encuestas, vemos que el 76% de los consumidores entrevistados se declaran dispuestos a pagar más por envases sostenibles y respetuosos con el medio ambiente", dice Claudio Dall'Agata, director del Consorcio Bestack.
Es inútil reflexionar sobre ventas y limitarnos a conceptos preestablecidos. Con los alimentos, el consumidor hace elecciones reflexivas, pero razonadas. "Hay una conocida marca de galletas que lo ha apostado todo por la sostenibilidad y su comunicación. Su producto cuesta alrededor de un 30% más que los demás, con una tendencia al alza. Es importante que las mejores intenciones vayan siempre acompañadas de la comunicación del valor que aportan".
Y, como añade Dall'Agata, "partamos de que el 47% de consumidores dijeron estar dispuestos a pagar más de un 2% más por un envase ecológico. En la práctica, esto representa la mitad del mercado, la mitad de las familias italianas. Una cifra enorme. Los márgenes están ahí; son grandes, solo hay que saber explotarlos".
"Sin embargo, todo debe basarse en la concreción, en datos reales, objetivos, útiles y comunicables. Por ejemplo, el envase activo de Bestack, aunque con un aumento limitado del coste, inferior al 2%, ayuda a evitar la pérdida de hasta un 10% de las frutas y verduras que, al conservarse más tiempo, no se desperdician".
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