Una finca de bananas de Queensland está probando un nuevo sistema de etiquetado de racimos con GPS e identificación por radiofrecuencia, que ofrece un seguimiento más preciso de las cosechas de bananas y sus rendimientos.
Matt Abbott, de Good Life Organics, explicó en el Australian Banana Congress en Cairns, que la etiqueta se coloca en el racimo cuando se introduce en la bolsa.
"Rastrea la posición exacta de la que procede el racimo", dijo. "La etiqueta se escanea en la máquina antes de colocarla en el racimo. Cuando se escanea, registra su posición, y esa posición es la que se utiliza en los informes de datos. Así, obtenemos nuestro informe con todas las etiquetas que se ponen cada semana. El siguiente paso se produce en la cosecha, cuando el racimo pasa por el almacén, la etiqueta se escanea de nuevo por segunda vez y se pesa. Creo que este sistema es relativamente sencillo de adaptar, por lo que puede extenderse en el sector con posibles beneficios para el agricultor".
Las plantaciones de Good Life Organics están situadas en el extremo norte de Queensland, rodeadas de bosques tropicales declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y de la Gran Barrera de Coral, y todas las bananas que producen son 100% ecológicas. A través del fondo de innovación de la Gran Barrera de Coral, se espera que este proyecto conduzca también a una producción mejor y más respetuosa con el medio ambiente.
Foto: Vídeo de demostración del sistema de etiquetado de bananas en el congreso
"Lo que más me atrajo de este proyecto fue reunir información un poco más precisa sobre lo que estamos haciendo", señaló Abbott. "También automatiza algunas de las tareas que realizamos, de modo que dependemos menos de las personas que registran las cifras y podemos sumarlas electrónicamente, pudiendo tomar mejores decisiones en el futuro. Este ensayo tiene muchas ventajas; en primer lugar, podemos empezar a examinar más detenidamente nuestro rendimiento y ver si hay mucha diferencia en la plantación, o si tenemos que revisar nuestra aplicación de nutrientes, pues es importante aplicarlos en los lugares adecuados, también desde el punto de vista de las prácticas sostenibles".
Otra ventaja, según Abbott, es tener una mejor idea del momento en el que cosechar y automatizar la información que se recoge en la explotación.
"Nuestros informes de envasado se registran automáticamente, así como el peso de los racimos", señaló. "Otro punto fuerte de este sistema es la trazabilidad. Podemos vincular la caja y el palé en el que se carga con el punto específico de la plantación. Así, si hay problemas, se pueden localizar en una zona concreta".
Por el momento, Matt y su hermano Ben no han tenido la oportunidad de utilizar el sistema en una cosecha, pero han estado ocupados instalando las etiquetas en toda la finca durante las últimas 10 semanas. Están deseando ver cómo funcionan las cosas una vez que se coseche la fruta.
Foto: Matt Abbott (a la izquierda), Gavin Devaney (en el centro) y Doriana Mangili, de Sweeter Banana Co-Operative, como parte de un panel de debate sobre sus innovaciones en el congreso.
Innovador sistema de escorrentía
Gavin Devaney, de Bartle Frere, cultiva 100 hectáreas de bananas junto a su padre Bernie, en Boogan, al sur de Cairns, en el norte de Queensland. Explicó en el congreso su innovador sistema de escorrentía, que ha aportado algunos beneficios económicos a su producción.
"Producimos en los trópicos húmedos, lo que conlleva las ventajas de disponer de agua suficiente para regar, pero también el reto de intentar eliminar el agua y el exceso de agua subterránea a la hora de producir en esta zona", explicó Devaney. "Compramos 26 hectáreas a nuestro vecino, que originalmente eran una plantación de caña de azúcar. Íbamos a dedicar toda la propiedad a las bananas, pero era una finca húmeda y siempre supimos que tendríamos que hacer cambios en la forma de producir la tierra. A ningún agricultor le gusta perder la capa superior del suelo y ninguno puede permitirse perder todo su fertilizante, por lo tanto, estamos haciendo todo lo posible por mantenerlo en el suelo".
Uno de los retos a los que se enfrentó la familia Devaneys fue que la finca está situada junto a una importante autopista y el agua sale de la plantación hacia el río.
"Decidimos adoptar un enfoque integral respecto a los cambios medioambientales necesarios para limpiar realmente la finca y hacerla económica", expresó. "Las fotos de los drones mostraron ciertas zonas de la propiedad que estaban dañadas por el agua húmeda y subterránea. Así que nos fijamos en la dirección de las hileras y el contorno, y en cualquier cosa que pudiera aliviar esos problemas".
Foto: La propiedad Bartle Frere Banana donde se instaló el sistema de evacuación de aguas.
Después de considerar la normativa que regula lo que puede salir de la zona, trabajó con su colega agricultor Will Darveniza para pensar en soluciones de tratamiento de aguas in situ que se adaptaran al perfil de la propiedad. Se construyó un desagüe a lo largo de la finca, similar al desagüe urbano de aguas pluviales que se encarga de los altos caudales.
"En los periodos de bajos caudales, la parte central del desagüe actúa como un humedal dentro del mismo", explicó Darveniza. "De esa forma, creamos el sistema adecuado para que los microbios vivan y desnitrifiquen el agua. En periodos de alto caudal, el agua se desborda, y es de esperar que filtre también parte de los sedimentos antes de salir de la propiedad. En realidad, eso nos llevó a cambiar la forma de los desagües, que era lo que necesitábamos hacer para cambiar la calidad del agua".
Devaney afirma que han controlado el agua del desagüe durante los dos últimos años, y que ha podido desnitrificar mediante el desarrollo de las plantas acuáticas en el desagüe. De ese modo pudo segar y mantener las plantas acuáticas, sin rociarlas, y dice que manteniendo una cobertura de hierba ha podido frenar la erosión. Después, con la ayuda de un rastreo GPS, se instaló un sistema de drenaje en cuadrícula, con 2,5 kilómetros de tuberías subterráneas.
"Funcionó, ya que pudimos acceder más rápidamente a la propiedad después de la temporada de lluvias", agregó. "Antes de que se instalaran las tuberías, el trabajo se había empantanado, pero ahora ya no hay problemas, estamos produciendo bananas sanas. Actualmente la finca está en marcha y hemos introducido las prácticas que queríamos. En general, el sistema ha funcionado muy bien, pues no tenemos agua en las plantaciones y al final no hemos tenido zonas húmedas. El drenaje subterráneo también ha ido muy bien, pues en los tres niveles hemos acabado con muy pocas inundaciones, por lo que se ha manejado correctamente el volumen de agua".
Bartle Frere Bananas recibió el premio Future Farming Award en el congreso, que reconoce la extraordinaria labor medioambiental realizada por los productores.