El sector del mango peruano apuesta claramente por la diversificación comercial, por ello tiene puestas sus miras en el mercado asiático, aunque su mayor aspiración es tener una industria cohesionada. Estas son las principales conclusiones de la entrevista mantenida con Juan Carlos Rivera Ortega, director gerente de la Asociación Peruana de Productores y Exportadores de Mango (APEM).
Juan Carlos Rivera Ortega.
Fortalezas y Debilidades
“Tenemos unas ventajas que podemos llamarlas comparativas, pues la zona de producción de mangos de Perú se ubica en una zona de trópico seco, lo que significa temperaturas altas, muchas horas de luz y poquísima humedad. Además. los terrenos donde se ubica, en la costa norte de Perú, son terrenos muy arenosos y drena mucho el agua, por lo que no hay problemas de humedad. La fruta crece recibiendo muchas horas de sol, con un buen color, con un color de pulpa, buen aroma y casi sin ninguna plaga”.
“Otra fortaleza es la variedad. La que en su mayoría se desarrolla en Perú es la variedad Kent, y funciona muy bien, pues permite el tratamiento hidrotérmico, tiene buen viaje y shelf life. Además, tenemos también la fortaleza de que los productores peruanos de mangos ya llevan treinta años produciendo esta fruta y la conocen muy bien. Hacen un buen manejo agronómico que hace que llegue un buen producto. Así, durante años, hemos ido ganando terreno en Estados Unidos, que representa el mercado de destino de un tercio de nuestras exportaciones”, apunta Juan Carlos Rivera.
En lo que respecta al apartado de debilidades, el responsable gerencial de APEM apunta: “Nuestra industria está muy atomizada, pues el tamaño de la parcela de mango es de 2,5 hectáreas de promedio. Las 34.000 hectáreas más o menos que producen mango peruano están en manos de pequeñísimos productores. Esto implica una enorme dificultad tanto para la coordinación como para el flujo de información. Con la cantidad de áreas que tenemos y con la capacidad y el know-how, en verdad se podría hacer más. Sin embargo, es muy difícil porque son muchos jugadores participantes en la cadena”.
Por ello Rivera señala de forma contundente que “uno de los principales retos es lograr tener una industria cohesionada a pesar de los miles de actores que hay. Si esta coordinación se lograra, realmente haríamos una enorme diferencia”.
Además, añade: “El segundo reto, a pesar de las restricciones que está dando la pandemia, es apostar por nuevos mercados. Tenemos nuestras miras puestas en el mercado de Asia, estamos llegando a este mercado pues tenemos los protocolos fitosanitarios firmados, pero los volúmenes exportados no son los que quisiéramos. Estamos estudiando alguna tecnología, ya sea de transporte o de manejo de la fruta, para llegar con una vida anaquel aceptable al mercado asiático”.
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