Durante el fin de semana pasado, algunos vídeos publicados en las redes sociales se volvieron virales en cuestión de horas. Se trata de grabaciones de agricultores –en particular, productores de cerezas– desesperados por las continuas pérdidas económicas.
Las cerezas ya no se entregan a mayoristas y comerciantes, sino que se utilizan para alimentar al ganado. En los alrededores de Andría, región de Apulia, por ejemplo, se ve a algunas personas descargando grandes cantidades de cerezas para dárselas a los cerdos.
En otro vídeo, se ve una máquina vibradora en acción descargando la fruta que luego se deja pudrir en el suelo. Los precios en campo son demasiado bajos, hasta el punto de que ni siquiera vale la pena recoger las cerezas.
Los vídeos han dado lugar a muchos comentarios en las redes sociales: si por un lado están los que apoyan el modo de actuar de los agricultores en esta crisis, por otro están los que proponen donar la fruta a asociaciones sin ánimo de lucro y familias necesitadas o invitar a las personas a recoger las cerezas en los huertos frutales, para evitar desperdicios.
En los últimos días, se han visto muchas más actuaciones similares en todas las zonas de producción de Apulia, abriendo el debate sobre un cultivo de cerezas más sostenible para el futuro.