La situación logística a nivel internacional es muy complicada y el comercio de frutas y hortalizas también está pagando las consecuencias. Hablamos de ello con Riccardo Martini, CEO de la empresa de transporte italiana DCS Tramaco.
FreshPlaza (FP): En comparación con los últimos meses, ¿está empeorando la situación de los contenedores frigoríficos?
Riccardo Martini (RM): La disponibilidad de los reefers sigue siendo limitada y se espera que las tarifas de envíos marítimos aumenten aún más en el mes de julio, especialmente para Estados Unidos y Canadá. Por poner solo un ejemplo: el envío de un contenedor de uvas italianas, cuya temporada está a punto de empezar, a Estados Unidos cuesta actualmente unos 9.000-10.000 dólares o más, mientras que la temporada pasada el precio rondaba los 4.500 dólares.
FP: ¿Existe alguna zona del mundo en la que se "aparquen" los contenedores?
RM: Los contenedores marítimos permanecen en las terminales el menor tiempo posible, para ser reutilizados inmediatamente. Sin embargo, muchos están "aparcados" en el mar, en el sentido de que más de 300 portacontenedores actualmente están esperando para ingresar a puertos congestionados. El siguiente mapa explica claramente cuáles son las áreas más congestionadas.
FP: ¿Qué debe pasar para desbloquear la situación?
RM: Para hacer posible una dinámica normal de los flujos de mercancías, es necesario que las navieras logren reequilibrar la disponibilidad de buques y contenedores, actualmente desequilibrada en algunas rutas. La fuerte recuperación de las economías de Estados Unidos y el norte de Europa ha provocado un inesperado y enorme aumento de la importación de materias primas y productos terminados provenientes del Lejano Oriente, con el consiguiente aumento en hasta un 485% del flete de un contenedor marítimo de Asia a EE. UU. o al norte de Europa. Obviamente, al poder cobrar tarifas increíblemente altas, las navieras han movido, en la medida de lo posible, buques y contenedores a estas rutas y, mientras tanto, están alquilando o encargando nuevos barcos, para satisfacer la inesperada demanda de transporte.
FP: ¿Cuáles son los problemas actuales y futuros para quienes realizan transportes internacionales de frutas?
RM: Hay dos tipos de problemas. Por un lado, los expedidores tienen que afrontar unos costes de transporte más elevados, que afectan mucho a un producto como la fruta. Esto hace que las exportaciones a ultramar sean menos atractivas. Por otro lado, los transportistas encuentran difícilmente espacios vacíos en los barcos para dar un servicio a las empresas que quieran seguir exportando. Aquí en Italia, las principales navieras no ocultan que prefieren usar los espacios disponibles en los barcos para cargar contenedores secos frente a los reefers. Y es que la disposición de pagar fletes elevados es más alta para el envío de materias primas, productos químicos, mecánica de precisión, etc. que para el envío de frutas.
FP: ¿Qué está pasando en el exterior?
RM: En el exterior, los grandes productores de frutas se están organizando y están recurriendo a los tradicionales buques convencionales con bodega refrigerada, para garantizar las exportaciones y entregas puntuales durante la temporada alta. Una gran parte de los volúmenes de kiwis neozelandeses y cítricos sudafricanos o sudamericanos será transportada en buques frigoríficos. De hecho, después de veinte años, ha habido cuatro nuevos pedidos de buques convencionales. También en Italia estamos empezando a hablar sobre esta oportunidad, pero tenemos que superar las brechas logísticas que actualmente están frenando esta solución.
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