El tiempo frío y húmedo y la creciente presión competitiva desde el extranjero han generado muchos problemas este año a los productores alemanes de hortalizas. Los productores de Renania, en particular, probablemente tendrán que lidiar con las consecuencias durante mucho tiempo, en vista de las inundaciones. Hablamos con Laura Lafuente, directora general de la Asociación Alemana de Productores Hortícolas en Berlín, sobre estos problemas y el futuro de la agricultura.
Laura Lafuente, directora general de la Asociación de Productores Hortícolas
Grandes ventas en el sector para aficionados
"Las cosas han ido bien este año para los viveros de plantas ornamentales y los mercados especializados en jardinería", dice Lafuente. Especialmente en el sector para aficionados, que registró buenas ventas de plantas hortícolas jóvenes, como tomates injertados, lechugas o hierbas diversas. Sin embargo, debido a las condiciones meteorológicas, la situación en 2021 fue bastante mala en general. "La primavera fue demasiado húmeda y también demasiado fría. Los últimos lotes tuvieron que plantarse en suelos extremadamente húmedos. En los mercados hubo ocasionalmente escasez de productos procedentes de Alemania. Las lechugas arrepolladas e iceberg fueron muy escasas, pero los precios se mantuvieron más estables en comparación con el año pasado". Sin embargo, las empresas más pequeñas que venden principalmente productos de nicho, como champiñones de alta calidad para el sector de la restauración, sufrieron especialmente durante la pandemia", comenta Lafuente.
Un año mejor para los espárragos; los pepinos al aire libre sufrieron
Otro problema es que hay que importar más productos de los que se pueden exportar. Incluso en el caso de los productos alemanes de temporada más populares, como los espárragos, se nota más la presión de países como Polonia y Grecia. No obstante, no ha sido un mal año para los espárragos, afirma Lafuente. Aunque los volúmenes fueron algo más bajos de lo habitual, los precios fueron muy altos en torno a la Semana Santa. La disponibilidad de recolectores también mejoró, aunque hay una escasez constante de trabajadores en todo el sector hortícola.
"La cosecha de pepinos al aire libre se ha visto afectada por circunstancias relacionadas con la escasa disponibilidad de trabajadores para la cosecha y el salario mínimo. Además, con este producto casi no existe la posibilidad de cosechar mecánicamente. Los precios apenas reflejan el esfuerzo que supone. Con las zanahorias ya se utilizan cosechadoras de cinta ancha y con los espárragos se están probando varias cosechadoras completas. Pero la calidad no suele ser tan buena como con la recolección manual", dice Lafuente.
En el caso de los cultivos al aire libre, hubo un fracaso regional total debido a las inclemencias del tiempo. "La calidad de muchos cultivos al aire libre se resintió debido a la prolongada humedad. Después de tanta humedad, el ataque de hongos y la podredumbre también han sido un problema importante".
Las explotaciones al aire libre de pepinos para industria sufren la falta de cosechadoras y el aumento de los costes.
Ventas de comestibles y protección de cultivos
Los minoristas de alimentación siguen generando la mayor parte de las ventas. Los autocomerciantes también distribuyen sus hortalizas principalmente a través del comercio minorista, sobre todo cuando hay que cubrir carencias a corto plazo. "Los que suministran a los minoristas registraron unas ventas significativamente mayores, especialmente con productos como tomates, pepinos y pimientos".
Sin embargo, apunta, los productores de hortalizas están preocupados por las regulaciones en el uso de pesticidas. "Los estudios científicos ya no reciben tanta atención. Las decisiones se toman cada vez más sin base científica y, por tanto, tienden a perjudicar aún más a los cultivos regionales. Además, el trabajo de asesoramiento en materia de protección de cultivos es cada vez más complicado, ya que se dispone de menos medios eficaces en el cultivo de hortalizas. Cada vez es más costoso recopilar todos los datos de pequeños cultivos especializados, como el calabacín, la col china o diversas judías, para los fabricantes de productos". Como los productos fitosanitarios se utilizan cada vez menos, los cultivos también se abandonan porque el riesgo para el agricultor es demasiado grande.
Mildiú en lechugas tras las persistentes condiciones de humedad en 2021
Falta de experiencia, ligero aumento en el número de aprendices
Lo que falta es una buena educación del consumidor. Se está perdiendo la experiencia. Aunque el número de aprendices está aumentando ligeramente, es muy difícil para los recién llegados crear nuevas empresas o continuar con las existentes. Las empresas familiares o las grandes empresas que cuentan con gestores externos son las que tienen más éxito. Lafuente, por su parte, tiene puestas sus esperanzas en la red de jóvenes hortelanos. "Visitan juntos diferentes explotaciones y se hacen aportaciones mutuas. Nuestro grupo nacional de especialistas ofrece jornadas de formación en las que ponemos en contacto a posibles productores de hortalizas y ofrecemos viajes informativos en la asociación. El año pasado hicimos un viaje formativo a Sudáfrica y estudiamos la agricultura de ese país. Actualmente, estamos planeando organizar un viaje similar para los productores de hortalizas a los Estados Unidos en 2023 y esperamos que para entonces la gira pueda realizarse sin medidas restrictivas".
Para más información:
Laura Lafuente
Bundesfachgruppe Gemüsebau
Haus der Land- und Ernährungswirtschaft
Claire-Waldoff-Straße 7
10117 Berlín. Alemania
Tel.: (+49) 30 2000 65-28
E-Mail: [email protected]
Web: https://www.gemuesebau.org/startseite.html