"Ya no solo importa el sabor de un plato, sino también su presentación"

La demanda de flores comestibles se dispara

Tras un año 2020 que fue “catastrófico” tanto para la flor cortada decorativa como para las flores comestibles, varios operadores de este último negocio han coincidido en asegurar a Efeagro que la demanda de pedidos se ha disparado de cara a la celebración de las próximas fiestas.

La consejera delegada de la productora de flores comestibles Innoflower, Laura Carrera, explica que estas “joyas comestibles” cada vez son más demandadas por la restauración española. Estas Navidades está “desbordando la demanda” y permitirá a Innoflower, puesta en marcha en 2016, finalizar el ejercicio con una facturación de 500.000 euros, una cifra similar a la de 2019. “Esperamos duplicar la producción en un año con la apertura de nuevas fincas y creemos que a medio plazo se podría multiplicar las ventas por cinco o por seis”, ha avanzado.

El propietario de Microgreens, José Ángel Castillo, que comenzó en 2017 a producir flores comestibles ecológicas en Nerja (Málaga) “porque los restaurantes de la zona las pedían”, ahora vende también su producción en los mercas de Madrid, Córdoba y Jaén. “Su consumo en España va a ir a más, no es una moda, es una tendencia que viene para quedarse, como ya ocurre en Francia o en Italia”, ha sentenciado.

Desde sus invernaderos, que en verano cubre con mallas de sombra en vez de con plásticos, ha asegurado que los pedidos no han parado de crecer desde el pasado mes de noviembre: “ahora hay más demanda que oferta“.

Alta cocina y Masterchef
El administrador de Garanfruit Agro, Vicente Ripoll, se ha mostrado convencido de que fenómenos como el programa televisivo Masterchef o el auge de la alta cocina en España han impulsado el conocimiento y la utilización de las flores comestibles en la gastronomía durante el último lustro.

“No es fácil encontrarlas en los lineales de los supermercados e hipermercados, pero está claro que su consumo se va a impulsar, porque ya no solo importa el sabor de un plato, sino también su presentación, ya que lo visual ha ganado terreno“, ha señalado.

Garanfruit Agro, que comercializa sus productos con las marcas Innobrotes y Maycagreens desde Algemesí (Valencia), ha pasado en seis años de tener 400 metros cuadrados dedicados al cultivo de flores comestibles a alcanzar los 4.000 metros cuadrados; en 2022 espera facturar entre un 10 y un 15 % más que este ejercicio.

El gerente de producto de la mayorista hortofrutícola CMR Infinita de Mercamadrid, Jaime Muñoz, también se ha mostrado convencido de que el negocio de la flor comestible “seguirá creciendo”, con sus “picos puntuales” de ventas, que se producen en Navidad y que se trasladan en verano desde las grandes ciudades a las zonas de costa.

La celebración de bodas y comuniones o el día de San Valentín también marcan el repunte de la demanda, ha añadido.

 

Fuente: efeagro.com


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