La campaña de exportación de naranja amarga española está ahora en pleno apogeo. Se trata de un cítrico comercializado en fresco pero cuyo destino es la elaboración de mermelada, un producto muy tradicional en países del norte de Europa, especialmente en Reino Unido.
“Si bien en la actualidad se trata de un producto de nicho, a principios del siglo XX llegó a ser un negocio bastante importante, pues los mismos ingleses tenían fábricas de mermelada de naranja amarga en Sevilla”, recuerda José Luís Gahona, gerente de Grupo de Empresas Gahona. “La mermelada de naranja amarga se hizo ya popular en los tiempos de las colonias, ya que era un producto con alto valor energético y nutricional, apto para largos viajes gracias a su buena conservación”.
La empresa sevillana se dedica principalmente a la naranja amarga bío, cuya exportación se concentra de diciembre a enero. Cuenta con varias fincas de naranjos de entre 50 y 150 años a unos 20 kilómetros de Sevilla y una producción anual que ronda el millón de kilos. Toda la recolección de la fruta es manual, y en parte, los recolectores tienen que utilizar escaleras de hierro para poder subirse a las partes altas de los árboles, ya que la altura de estos naranjos es mucho mayor que la de los naranjos dulces.
“Fuimos los primeros productores de naranja amarga con certificado de exportación en bío, además de ser de los pocos que comercializan la fruta en fresco, ya que otras empresas lo producen directamente para las fábricas de mermeladas, para quienes ya venden la pulpa preparada”, explica José Luís Gahona.
“La mayor parte de nuestra producción es exportada, principalmente a Reino Unido, en torno a un 65%, le sigue Francia con en torno a un 25%, Irlanda con un 8%, Alemania y otros países europeos con un 2%. Solemos vender las naranjas a través de intermediarios tanto a supermercados como a tiendas gourmet”.
“Es en estas fechas en las que los consumidores compran más naranjas para realizar sus propias mermeladas. El año pasado, en los meses en los que los consumidores estuvieron confinados en sus hogares por la pandemia, aumentó notablemente la demanda de naranjas amargas, ya que la gente tuvo más tiempo libre y la elaboración de productos artesanos como la mermelada fue un entretenido pasatiempo”, señala.
La empresa envía el producto a granel en cajas IFCO, así como también en cajas de cartón de 15 y 20 kilos para el mercado británico, con la marca AVE MARIA. Para el mercado francés, el más exquisito, trabaja con cajas de madera, malla y papel.
“Si bien después de la popularidad de principios del siglo pasado el negocio de la naranja amarga bajó muchísimo, vemos que está habiendo un resurgir con las nuevas tendencias de elaboración de productos caseros, incluso en la gente joven. Creemos, por tanto, que se mantendrá en los próximos años. Llevamos desde 1967 en este negocio y seguimos creciendo poco a poco”, concluye José Luís Gahona.
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José Luis Gahona
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