La piña es una de las frutas frescas más importadas por la Unión Europea de destinos extracomunitarios, solo por detrás de las bananas y las naranjas, con volúmenes que durante los últimos años se han mantenido por encima de las 900.000 toneladas. Sin embargo, Europa también cuenta con producción propia de esta fruta tropical, que se concentra en la isla más meridional del archipiélago de Canarias.
“En Tenerife y en Las Palmas hay algo de producción de piña, pero el 98% de la producción canaria procede de la isla de El Hierro”, confirma la gerente de Cooperativa Frontera. “En la cooperativa producimos alrededor de un millón de kilos que se comercializan íntegramente en Canarias a través de Mercatenerife y Mercalaspalmas destinándose aproximadamente un 80% a la restauración y la hostelería”.
“Al contrario que en la península, en las Islas Canarias la importación de piña tropical está prohibida por ley para evitar la entrada de plagas que podrían poner en peligro al sector primario, por lo que la única fruta que abastece a los hoteles y a los consumidores canarios es la que cultivamos en la isla”, destaca Jennifer Quintero Melián. “Además, tenemos un espacio limitado para producir al ser una isla, y no tenemos volúmenes para enviar a la península, donde tendríamos que competir en precios con la piña importada”.
Aun con solo 268 kilómetros cuadrados de superficie, la isla designada como Geoparque Mundial por la UNESCO cuenta con la mayor densidad de volcanes de todo el archipiélago –casi un millar–, es Reserva de la Biosfera desde al año 2000 y tiene seis Áreas Naturales Protegidas que, según indica el Cabildo de El Hierro, cubren el 60% de su territorio; y todo ello no le impide acoger la mayor superficie de producción de piñas del conjunto de las islas gracias a su clima tropical, a la influencia de los vientos alisios y a la riqueza de sus tierras de origen volcánico.
“Cooperativa Frontera nació en 1976. Inicialmente los productores asociados cultivaban plátano, hasta que hace aproximadamente unos 35 años se introdujo la piña y desde entonces su cultivo se ha extendido dados los precios más elevados que alcanza esta fruta”, indica la gerente. “Al depender principalmente de la hostelería, que ha estado muy afectada por la pandemia, este último año y medio la situación se ha vuelto muy complicada y muchos productores se han desanimado, pero espero que poco a poco se vuelva a la normalidad porque la agricultura es la principal actividad en la isla. Solamente nosotros tenemos más de 750 socios, 80 de ellos productores de piña, en una isla que tiene 11.000 habitantes”.
El cultivo de la piña
La piña es una fruta originaria de Sudamérica cuyo cultivo posee unas características que difieren de las del resto de frutas tropicales que se cultivan en el país. “La planta de la piña se reproduce principalmente por hijos, como ocurre en el caso del plátano”, indica Fabio Toledo, ingeniero técnico agrícola en Cooperativa Frontera. “Una vez preparada la tierra, se plantan directamente en ella con un acolchado de plástico que evita el crecimiento incontrolado de hierbas a la vez que le da las condiciones óptimas al suelo en temperatura y humedad”.
“Cada planta produce hasta 3 cosechas. La primera cosecha se obtiene a los 18-20 meses desde la plantación, dependiendo de las condiciones de la zona donde se haya cultivado, y en los siguientes dos años se cosechan hasta dos piñas más, aunque la tercera cosecha produce fruta de menor calidad”, comparte Fabio. “Tras ese ciclo de tres cosechas, se retiran las plantas de toda la finca y se seleccionan los hijos con los que se realizará una nueva plantación, que además se comparten entre los agricultores de la isla”.
“Este sistema de rotación de las plantaciones hace que siempre haya agricultores activos e inactivos, pero garantiza que tengamos una producción continua todo el año que roza el millón de kilos. El último semestre se encontraba en producción casi 30 hectáreas y los próximos 6 meses, hasta junio de 2022, produciremos piñas en otras 25 hectáreas”, detalla.
Cooperativa Frontera no solo se dedica a la producción y comercialización de piña en su grado óptimo de maduración, plátano y otras frutas tropicales. Cuenta con una bodega donde elabora un amplio catálogo de vinos, con un supermercado propio, con un almacén para la venta a sus socios de productos fitosanitarios, abonos, piensos… así como con un servicio de transporte entre islas que se ha convertido en uno de los más importantes por volumen movilizado en El Hierro, con bases logísticas en la isla y en Mercatenerife. “Tenemos una cifra de negocio de casi 8 millones de euros al año”, señala Jennifer. “Después del propio Cabildo, somos una de las empresas con mayor volumen de negocio de la isla”.
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