¿Siempre le ha asombrado que en el hemisferio sur celebren las vacaciones en bañador y en la playa? Pues este año, en España ha sido posible ver esas escenas en pleno diciembre; playas como la de la Malva-rosa de València han acogido algún bañista, que no se lo ha pensado mucho con temperaturas que han alcanzado los 24 grados.
Y es que, como señalan desde el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, dirigido por el catedrático de Análisis Geográfico Regional y experto en los efectos del cambio climático sobre el territorio, Jorge Olcina, los primeros días de 2022 estaremos bajo la influencia de masas de aire anormalmente suaves para la época en buena parte del continente europeo.
Olcina indicó que “este episodio está resultando bastante anómalo tanto por las temperaturas como por la duración”, ya que “al menos hasta los primeros días de enero” se espera calor.
Según AEMET, “ha sido la última semana de diciembre más cálida de los últimos 40 años”, recuerda Olcina. Temperaturas muy agradables para quien haya estado estos días de vacaciones, pero no tanto para uno de los sectores que más dependen del clima: la agricultura.
Desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ya alertaron la semana pasada de que las temperaturas anómalas, junto con las fuertes rachas de viento de poniente, estaban provocando “daños en cítricos y caquis que se hallaban en un estado avanzado de maduración o incluso estaban pendientes de recolección”.
Asimismo, la organización teme que el excesivo calor continuado durante tantos días del invierno pueda acabar ocasionando “desequilibrios” en la maduración de las hortalizas de invierno y en la floración de las próximas cosechas de frutales de hueso, viña o almendro.
El secretario general de La Unió de Llauradors i Ramaders, Carles Peris, dice por su parte que “de momento” no están recibiendo quejas de agricultores por los efectos del clima, pero subraya que es una evidencia más de lo que vienen diciendo “desde hace tiempo”.
Sostiene que “el cambio climático será predominante” y que “en cada época habrá cambios” que afectarán a la agricultura. “Si continúa el calor, puede venir un frío tardío y quemar la flor”, comenta.
Fuente: lavanguardia.com