Con la llegada de 2022, desde el 1 de enero, ha entrado en vigor el veto de Bielorrusia a productos frescos comunitarios en respuesta a las sanciones interpuestas por la UE a este país. Bielorrusia era uno de los pocos mercados extracomunitarios que tenía un comportamiento positivo para España, con 5.602 toneladas exportadas en 2020 y una tendencia creciente en 2021.
Hasta ahora, el kaki era el producto hortofrutícola más exportado por España a este país. Una de las empresas españolas que más exportaciones realizaba a Bielorrusia es la valenciana Lusia Fruit, que es testigo de cómo en tan solo unos días, los precios del kaki se han venido abajo.
"Desde que se instauró el veto ruso en 2014, los exportadores de kaki fuimos de los más afectados y ahora, con Bielorrusia, volvemos a llevarnos el palo”, manifiesta Gregor Serobyan, gerente de Lusia Fruit, que comercializa alrededor de 7 millones de kilos de kaki anuales.
“Tras perder el mercado ruso, Bielorrusia se había ido perfilando como un mercado cada vez más interesante para el kaki de categorías más estándar o segundas. Con los años hemos conseguido posicionarnos en este mercado con muy buenos acuerdos comerciales, tanto que el 50% de nuestros productos se dirigía a este país”, explica.
En esta primera semana de enero, el precio de los kakis de categoría segunda ya se ha desplomado estrepitosamente. “Hemos pasado de 65 céntimos a una horquilla de entre 30 y 40 céntimos. Veníamos de pasar ya dificultades por la falta de suministro de gas para la maduración del kaki en los meses de noviembre y diciembre, pero ahora con esto se ha ido a pique la campaña en su momento más fuerte, y todavía falta más de un mes para que termine. Si el mercado de kaki de segundas ha caído un 50% en una semana, imagina lo que nos espera en las próximas semanas”, lamenta Gregor.
En los últimos 3 meses la empresa valenciana ha enviado alrededor de 145 camiones de kaki a este país. “Estábamos entre los principales exportadores de kaki a Bielorusia, que representaba el 50% de nuestra facturación. Somos probablemente la empresa hortofrutícola más afectada por el veto bielorruso”.
Según el gerente de esta empresa, el cierre de un mercado como el bielorruso se traducirá en una mayor presión de oferta de kaki de segunda a nivel europeo, que cada vez es mayor debido a la afectación por plagas y enfermedades en este cultivo.
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Gregor Serobyan
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