Tras dos años marcados por la pandemia, el mercado de la patata está volviendo a sus niveles de consumo anteriores a la crisis. En su conferencia de prensa de principios de año, la UNPT (Unión Nacional de Productores de Patata, Francia) presenta las perspectivas para esta campaña 2021/22, marcada por la recuperación del mercado, el aumento de los costes de producción, pero también los retos que deberá afrontar el sector ante las evoluciones normativas y fitosanitarias. 
Como consecuencia directa de los confinamientos, la caída del consumo por el cese casi total de la restauración fuera del hogar, las dificultades en las exportaciones a gran escala y la disminución de la actividad de las fábricas francesas han marcado las dos últimas campañas. No obstante, se produce un "pequeño impulso" en el mercado de productos frescos, potenciado por el consumo doméstico, pero sin compensar la pérdida observada en la transformación. Hubo una muy ligera mejora en 2021 con tendencias de consumo más tradicionales en fresco y un aumento global del consumo doméstico de productos de patata transformados.
El sector de la fécula de patata lleva ya 3 años mostrando rendimientos complicados. El exceso de existencias de 2020 ha provocado una caída de los precios. Los rendimientos para 2021 suben muy ligeramente, pero se espera que los productores se retiren del sector y habrá un descenso de las superficies para la campaña 2022/23.
Campaña 2021/22: recuperación de las tendencias de consumo anteriores a la crisis
La UNPT anuncia una recuperación de las tendencias de consumo anteriores a la crisis para la temporada 2021/22, pero en un contexto particular de costes de producción especialmente elevados.
"La nueva campaña se sitúa en niveles ligeramente inferiores a los 200 euros, niveles adicionales a los de la campaña anterior. A nivel de la industria/transformación, la campaña se mantiene. Estamos viendo niveles de cotización ligeramente superiores a los propuestos en los contratos, lo que indica una demanda activa en este mercado, así como una recuperación de la actividad de transformación".
"En perspectiva, afirma la UNPT, la COVID nos deja un pequeño margen para recuperar el rumbo de las tendencias iniciadas, pero parece importante poder consolidar el atractivo y la competitividad del sector de la patata".
Soluciones de protección cada vez más limitadas
Ante el aumento de los costes de producción y la restricción de las soluciones de protección, la patata tiene que competir con otras producciones agrícolas: colza, trigo, girasol. Por ello, la UNPT alerta sobre la "disminución de la autorización de moléculas que están desapareciendo sin tener necesariamente soluciones de sustitución", así como sobre los fenómenos de resistencia que se derivan de ello. Aunque los productores han conseguido adaptarse a la prohibición del CIPC, otras soluciones como el mancozeb o el flonicamid todavía no han encontrado alternativas. La UNPT también se preocupa por el plan de polinizadores, para el que recuerda que la patata "¡no es un cultivo atractivo!".
Otra cuestión que preocupa al sector es el riego. La UNPT señala que "las orientaciones tomadas en el marco de las restricciones, tanto en términos de tiempo como de volumen, hacen que el 1 de julio ya no se pueda regar, a pesar de que es precisamente el periodo en el que la patata más lo necesita porque está en pleno periodo de crecimiento".
Para más información:
Loïc Le Meur
UNPT
producteursdepommesdeterre.org