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Marcel van Lith, de The Greenery (Países Bajos):

"La demanda de grosellas rojas es bastante buena, pero el cierre de la hostelería hace difícil conseguir buenos precios"

Dentro de la categoría de frutos rojos, las grosellas son quizá las más afectadas por la pandemia del coronavirus, comenta Marcel van Lith, de The Greenery. "Tradicionalmente, un alto porcentaje de grosellas rojas se destinaba a la hostelería. La cuota de la hostelería en relación con el comercio minorista se ha reducido mucho en los últimos años, pero en la hostelería siempre se han pagado precios más altos".

"A pesar de que el sector de la hostelería en los Países Bajos ha estado cerrado, tuvimos un mes de diciembre razonablemente normal. Este año hemos tenido la suerte de que la mayoría de los restaurantes y bares del resto de Europa han permanecido abiertos, cosa que no ocurrió el año pasado. Los precios también son mucho más altos que el año pasado, aunque también fue un año muy difícil en términos de precios. Hasta ahora la temporada no ha ido nada mal y la demanda también está a un nivel bastante bueno, pero los precios ciertamente no son elevados", afirma el comerciante de frutos rojos.

"Como en otros lugares de Europa se almacenan pocos frutos rojos en invierno, puede darse una evolución extrema de los precios en primavera. En el periodo que va de marzo a mayo apenas hay grosellas rojas disponibles en ningún lugar del mundo. No es el caso de otras variedades de frutos rojos, como las moras y las frambuesas, que siempre están disponibles en otros lugares. Los productores que procuran disponer de una buena producción en ese periodo han podido beneficiarse de ello en otros años. Sin embargo, ahora los productores son cada vez más reacios a apostar por un almacenamiento prolongado, recordando lo que ocurrió en la temporada de 2020, cuando la campaña terminó de forma dramática. Además, la lluvia durante el cultivo ha generado incertidumbre sobre la capacidad de la fruta almacenada para conservar su calidad", dice Marcel.

"Nuestras existencias son, por tanto, algo mayores que en esta época del año pasado, pero están a un nivel inferior a la media a largo plazo. Normalmente se observa un patrón fijo en el mercado: todo el mundo trata de vender al principio de la temporada y luego echa el freno cuando el precio sube. El año pasado, todos decidieron no pisar el freno para tratar de mantener el tirón".

"Debido al calor, la capacidad de la fruta almacenada para conservar su calidad fue incierta y se aceptaron precios más bajos. Esta temporada, las perspectivas han sido un poco más positivas, pero, debido al cierre de la hostelería en otoño y a la incertidumbre que existe en el mercado, sigue siendo difícil conseguir un aumento de precios", concluye Marcel.

Para más información:
Marcel van Lith
The Greenery
Tel.: +31 (0)180 656 974 
m.vanlith@thegreenery.com     
www.thegreenery.com 

Fecha de publicación: