Cuando quieras pelar una mandarina que tiene la cáscara muy adherida y no quieras que te queden las manos pegajosas y con el penetrante olor de su jugo, puedes seguir el siguiente procedimiento, rápido y limpio.
Primero, con un cuchillo bien afilado, corta los extremos de la mandarina, tratando de no cortar demasiado los gajos, e intenta retirar solo la cáscara.
Haz un corte de un apunta a la otra de la cáscara, de arriba hacia abajo, de manera superficial, en lo posible coincidiendo con una de las hendiduras que separan los gajos.
Y finalmente abre la mandarina por el corte. Se desplegará como las hojas de un libro, y los gajos quedarán listos para ser sacados sin ensuciarse.
Con esta sencilla técnica para pelar una mandarina ya no habrá excusa para consumirlas.
Fuente: cienradios.com