Ya ha llegado la temporada alta para la empresa de cultivo belga Lesage Champignons. Mientras que la época del coronavirus ha sido una prueba de supervivencia para muchas empresas, fue todo lo contrario para Michel Lesage, propietario de la empresa homónima. "La pandemia ha sido un acelerador en el consumo de champiñones. La gente se puso a cocinar, por lo que en pleno confinamiento la demanda era muy alta. De hecho, no fuimos capaces de seguir el ritmo de la demanda. Ahora el interés se ha estabilizado, aunque a un nivel más alto que antes. Y es que la gente, incluso después de la reapertura de los restaurantes, ha seguido con la costumbre de cocinar en casa. El mercado del champiñón es un mercado estable e incluso en crecimiento".
Además, entre los clientes del productor se encuentran muchas empresas que anteriormente abastecían a la industria de la restauración. "En tiempos de confinamiento, estos proveedores comenzaron a buscar otros clientes, como retailers y empresas de catering. Ahora que el sector horeca está abierto nuevamente, han recuperado a los restauradores entre sus clientes. Como resultado, los proveedores, y con ellos también nosotros, estamos vendiendo mayores volúmenes de champiñones que antes".
Los champiñones blancos siguen siendo el producto principal de la empresa, pero la demanda de champiñones marrones está experimentando un crecimiento notable. En comparación con el año pasado, la demanda aumentó entre un 10% y un 15%. "El champiñón marrón siempre ha tenido mucho sabor y una vida útil mucho más larga, pero su precio solía ser demasiado alto para el consumidor. Desde hace unos años, disponemos de una nueva variedad con un rendimiento de producción más alto, por lo que el precio de venta ha bajado a un nivel aceptable. Ahora los consumidores compran este producto con más frecuencia".
Lesage Champignons vende sus productos en Francia, España, Portugal e Inglaterra, aunque el enfoque se centra cada vez más en el propio mercado belga. "Anteriormente, el 80% de nuestra facturación procedía de las ventas en el Reino Unido. Sin embargo, ese mercado se volvió más difícil con el brexit, por lo que dirigimos la mirada hacia los retailers y mayoristas belgas, un mercado que también tiene la ventaja de ser mucho más estable. En el Reino Unido, la demanda tuvo muchos altibajos, por lo que la flexibilidad que hemos adquirido con nuestra experiencia en el mercado británico nos sirve para mantener un enfoque flexible también de cara a nuestros clientes actuales".
"En la última década, hubo un ligero descenso en el consumo de champiñones, pero en los últimos 2 años la demanda ha vuelto a aumentar", continúa Michel. "El consumo per cápita en Bélgica ha pasado de 2,0 kilos al año a 2,2 kilos, lo que supone un aumento del 10%".
Según Michel, el motivo es la popularidad de los sustitutos de la carne y la creciente demanda de productos saludables. "Además, nuestros champiñones se cultivan localmente y de forma respetuosa con el medio ambiente (sobre residuos agrícolas), lo cual el sector ha subrayado en muchas ocasiones. El cultivo del champiñón se posiciona bien en términos de salud y sostenibilidad ambiental, dos aspectos que se vuelven cada vez más importantes para el consumidor".
Si bien los champiñones están funcionando satisfactoriamente en el frente de la demanda, hay algunos desafíos en cuanto a la producción. "Los precios de la energía y de las materias primas se están disparando. Nos vemos obligados a controlar los costes de producción tanto como sea posible y, además, logramos repercutir parte del aumento de los costes en el precio de venta. De hecho, los clientes lo comprenden, ya que todos ven lo que está sucediendo".
Si bien la lucha contra el plástico se está recuperando lentamente, Michel sigue convencido de que el uso de envases de plástico de monomaterial reciclable es la mejor solución para los champiñones. "Siempre estamos buscando las soluciones correctas. Sin embargo, el cartón, cuyo precio ha aumentado considerablemente, necesita una barrera resistente al agua, puesto que los champiñones liberan humedad. Las alternativas actualmente disponibles en el mercado son mucho más caras que los envases de plástico y es dudoso que el consumidor esté dispuesto a pagar por ellas. Por el momento, la mejor alternativa al envase azul sigue siendo el envase azul".
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Michel LesageLesage Champignons
Kervijnstraat 79
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