Entre las variedades de patatas de mesa más populares que ofrece Carl Bleyert, comerciante del mercado mayorista de Dortmund, se encuentran la Allianz, la Annabelle y la Belana. En este momento, Bleyert sigue vendiendo patatas alemanas, aunque poco a poco se va dando el salto hacia los primeros productos chipriotas. Su zona de venta se encuentra en un radio de unos 100 km alrededor del mercado mayorista de Dortmund. Desde hace casi 100 años, la empresa familiar se ha consolidado como un proveedor fiable de patatas y cebollas, y actualmente trabaja bajo la dirección de la tercera generación de Bleyert.
En este momento estamos vendiendo los primeros productos que se cosecharon en noviembre y diciembre. Pero el momento exacto en el que finalizará la temporada dependerá, por supuesto, de las condiciones meteorológicas. Por lo general, la temporada llega a su fin en junio o incluso en agosto", dice Bleyert. "La oferta sigue siendo bastante escasa, ya que los clientes siguen comprando principalmente patatas alemanas. Los productos alemanes se venden ya en septiembre/octubre, por lo que es comprensible que el interés por las chipriotas siga siendo bastante bajo. Sobre todo porque la mercancía chipriota tampoco es una patata temprana y además es bastante más cara debido a los costes de transporte", señala Bleyert.
"Cien kilos de patatas alemanas cuestan unos 40 euros, mientras que la misma cantidad procedente de Chipre cuesta unos 90 euros. Sin embargo, esto también ocurría antes del coronavirus. Como compramos la mercancía por adelantado, no puedo decir exactamente cómo han aumentado los costes de transporte a nivel local", señala Bleyert. "En el caso de la mercancía alemana, ha habido varias veces aumentos de de un 10-15% en el precio por parte de nuestros transportistas, lo cual es comprensible, dado el elevado precio del combustible. Un litro de gasóleo costaba alrededor de 1 euro hace un año, mientras que este año ya estamos en 1,70 euros".
Bleyert considera que el ambiente en el mercado mayorista de Dortmund es bueno, al menos para las empresas que no se dedican principalmente al sector de la alimentación. "Yo diría que no estamos sufriendo el impacto del coronavirus. Es cierto que el cierre del canal horeca ha tenido un impacto en las ventas", dice Bleyert. Sin embargo, eso se ha visto compensado por las ventas para consumo doméstico. "La gente volvió a cocinar más en casa y esto equilibró las ventas. Los negocios dedicados exclusivamente a la restauración, por supuesto, volvieron a pasarlo mal".
Entre los clientes de Bleyert se encuentran minoristas de alimentación y comerciantes de mercados semanales, y los mayores clientes son los supermercados turcos, árabes, italianos, polacos y rusos de su área inmediata. Bleyert vende las patatas en mallas de 2 kg, 2,5 kg, 5 kg, 10 kg y 25 kg. "Las unidades de envasado se han mantenido sin cambios, cubriendo la demanda correspondiente. No hemos registrado ningún descenso en las ventas, ya que las patatas se consumen siempre". Por su experiencia previa, estima que las patatas españolas e italianas podrían incorporarse a la gama a partir de abril, siempre que se den las condiciones meteorológicas adecuadas para ello.
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Carl Bleyert
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