Efectivamente, hacia Ucrania y Rusia se dirigen semanalmente un total de dos millones de cajas de bananas, en su mayoría provenientes de América Latina; algo que, dado el conflicto actual que involucra a ambos países, ha hecho saltar las alarmas del sector ante el excedente de producto que se vislumbra en el mercado europeo.
Actualmente hay varios cargamentos flotando en los mares, con destino a Europa del Este, San Petersburgo y, hasta la semana pasada, Odesa. Tras el cierre de los puertos ucranianos, los barcos fueron desviados a Constanza (Rumanía) y Estambul (Turquía). Pero los próximos cargamentos con destino a Rusia también podrían desviarse por falta de pago o porque el seguro de transporte se ha vuelto demasiado caro. Y si no encuentran nuevas salidas, estas bananas no consumidos en el Este pesarán directamente sobre el mercado de Europa Occidental, lo que podría hacer caer rápidamente los precios si el conflicto bélico se prolonga.
A un ritmo de dos millones de cajas por semana, en un mes habrá inevitablemente un excedente difícil de vender, señala el experto Denis Loeillet, investigador económico especializado en el mercado de la banana en el Centro francés de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo (CIRAD). Algunas pueden ser destruidas en el acto, otras serán inevitablemente vendidas.
Por el momento los precios se mantienen, pero “el mercado de la banana no debería aguantar mucho tiempo”, predice Loeillet, explicando que el mercado de la banana es muy reactivo: unos cientos de miles de toneladas de excedentes bastarían para hacer caer el mercado europeo, estimado en seis millones y medio de toneladas.
La situación preocupa especialmente a los productores europeos de bananas –Martinica, Guadalupe, Canarias y Madeira–, que temen que esta caída de precios anunciada debilite aún más su industria.
Fuente: biobiochile.cl