En los últimos años, los productores de cerezas del condado de Kern se han visto frustrados por unos inviernos más cálidos y unas primaveras más calurosas. Por suerte, los obtentores –incluida la empresa local IFG– están trabajando en nuevas variedades de cerezos que necesitan idealmente menos "horas de frío" en el transcurso del invierno. La intención es también trabajar a partir de cerezos cuyas frutas maduren antes, así como con variedades menos susceptibles a los daños de estrés provocados por las crecientes temperaturas de mayo y principios de junio.
Las cerezas son un caso especialmente urgente porque, aunque otros cultivos de especialidad del condado de Kent enfrentan problemas similares por el cambio climático, preocupa que la relativa sensibilidad de los cerezos a las altas temperaturas pueda acabar con su producción en un condado que, en años buenos, puede ofrecer una ventaja temporal de precio a los productores locales.
Fuente: bakersfield.com