Todo apunta a que, a pesar de la incertidumbre causada por la guerra en Ucrania y los altos costes de producción, este año se mantendría la superficie de producción de patatas en Salamanca, donde el año pasado se rozaron las 4.000 hectáreas de cultivo, y que en Castilla y León se rondarán las 17.000 hectáreas.
Los productores estiman que esta campaña, con respecto a la pasada, les costará obtener un kilo de patatas 4 céntimos más, lo que elevará el coste por hectárea entre 1.800 y 2.000 más que hace un año, hasta los alrededor de 9.000 euros/hectárea. Esta circunstancia precisamente frenó la firma de contratos de patata para industria porque lo ofrecido al agricultor se encontraba por debajo de los costes. A su vez, el industrial argumentaba que no podía subir 4 céntimos el kilo en los contratos porque también habían aumentado sus costes de la luz y los laborales.
El precio sin contrato vuelve a ser una incógnita, como siempre, pero en esta ocasión las miradas se dirigen a la invasión rusa de Ucrania por las repercusiones que podría tener en el mercado español. Fuentes del sector apuntan que una posibilidad es que Francia venda este año más a países próximos a Ucrania por las mayores necesidades de la zona y eso significaría que no enviaría tanta producción a España y tendría más mercado la española. Aunque otra consecuencia puede ser que, con la devaluación del rublo, otro gran productor como es Egipto se incline por vender menos patata a Rusia, que es destino prioritario, y más a la Unión Europea.
Fuente: lagacetadesalamanca.es