La aplicación de un cold treatment en tránsito para la naranja procedente de países con presencia de falsa polilla –lo que afecta fundamentalmente a Sudáfrica y Zimbabue– fue respaldada por el Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (SCoPAFF) el 1 de febrero. El 10 de marzo concluyó el periodo de consulta para presentar alegaciones en la UE y el 11 de abril lo hizo el plazo de exposición en la Organización Mundial del Comercio. Intercitrus cuenta, además, con el compromiso por escrito de la comisaria de Sanidad y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, de que este comenzará a implementarse “antes del comienzo de la nueva temporada comercial”. Y según las propias estadísticas de Sudáfrica, eso ocurrirá en la semana 18 de este año.
De ahí que Intercitrus apremie al ejecutivo comunitario para que presente en los próximos días –a lo sumo 2-3 semanas– el reglamento para su rápida aprobación por los Estados miembros.
Sudáfrica, además, sufre otra plaga que, como la Thaumatotibia leucotreta (falsa polilla), es considerada por la regulación comunitaria como “prioritaria”, es decir, en el listado top 20 de los patógenos así catalogados por su mayor impacto “económico, social y medioambiental”. Se trata de la Bactrocera dorsalis o mosca oriental de la fruta. El cold treatment que está pendiente de ser implementado resultaría eficaz para eliminar las larvas de ambas.
De no aplicarse este tratamiento, el riesgo de introducción de los dos patógenos “prioritarios” sería inasumible. La EFSA ya advirtió en un dictamen el verano pasado que el ‘enfoque de sistemas’ aplicado por Sudáfrica era ineficaz y, por la vía de los hechos, la presencia de ambas plagas en territorio europeo ya se ha constatado en varias ocasiones: la falsa polilla está instalada en Israel, en 2018 fue identificada en un invernadero de Sajonia (Alemania) y en 2009 y en 2013 se detectó su presencia en Holanda. Más amenazantes resultaron ser los hallazgos, en zonas más aptas para su reproducción, de la ‘mosca oriental’ en Italia en 2018 y el pasado verano en Francia.
El tratamiento de frío aprobado por la Comisión –16 días a entre 0 y -1 grados– no es el que reclamaba Intercitrus, que defendía el aplicado por EE. UU. para esta misma plaga, que es de 22 días a -0,55 grados. Es básicamente un tratamiento similar al exigido por el APHIS-USDA, un sistema que permitió a Sudáfrica 23 años ininterrumpidos de exportaciones citrícolas a EE. UU. sin ninguna incidencia, ni de T. leucotreta ni de B. dorsalis.
En este antecedente o en tantos otros acumulados en la propia Europa, se basa Intercitrus para considerar que la mejor opción, incluso para Sudáfrica, es que la UE se decida a desarrollar y aprobar ya el cold treatment. De no ocurrir tal cosa y retrasarse su aplicación, la sucesión de nuevas interceptaciones abocaría a la Comisión a suspender las importaciones de este país.